Para aprovechar la pendiente que ofrece la montaña, las áreas exteriores están segregadas por niveles; el inferior alberga un discreto acceso que comunica con los espacios de servicio, fungiendo como zona de descarga y generando un lugar independiente que sirve de vivienda para los encargados.
El superior plantea una generosa entrada principal con un piso de adoquín ecológico y grava, que además de aportar a la estética del conjunto, permite maniobrar cómodamente a los vehículos al llegar. Las áreas sociales (salón, comedor y cocina) están en un solo ambiente, horizontal, integrado e ininterrumpido, el cual se abre completamente sobre el deck y la piscina, enfocado hacia la impresionante vista lejana que ofrecen las montañas.
En un volumen de dos pisos, perpendicular a las zonas sociales, ubicaron las seis habitaciones que componen la vivienda, tres por cada nivel. Las del inferior se abren hacia un costado, mientras que las del superior lo hacen hacia el lado opuesto, volando su visual sobre el área de acceso. Esta decisión arquitectónica busca ofrecer la mayor variedad de vistas para aprovechar la diversidad y amplitud del paisaje circundante.
En las superficies de los pisos, tanto en las áreas interiores como en las exteriores, el porcelanato (proveído en su totalidad por Decorcerámica) es el gran protagonista gracias a su practicidad y durabilidad, y a la gran variedad de texturas y terminados disponibles hoy en día.
En términos generales, la vivienda, con una materialidad sólida, duradera y práctica, ofrece un espacio amplio, cómodo y continuo, compuesto a partir de un juego de colores y texturas cálido y sutil que otorga todo el protagonismo al entorno natural. Arquitectura: Guillermo Arias y Luis Cuartas, de Octubre. Arquitecto responsable Julián Molina.
- En la entrada principal, incluso antes de acceder a la casa, se percibe la vocación horizontal del diseño gracias a la vista en toda su extensión del volumen de habitaciones, que flota ligeramente sobre el basamento, y a las largas líneas de las aberturas, que dan algunas pistas sobre lo que sucede en el interior.
- El clima de Villeta, cálido y agradable durante todo el año, y la tranquilidad del conjunto residencial donde se encuentra la casa ofrecen una desconexión completa del entorno urbano, a pesar de encontrarse a tan solo una hora y media de Bogotá.
- Los mesones de baños y cocina, con vetas tipo mármol Calacatta, ofrecen texturas algo más intensas y soluciones de carácter lúdico, complementando la neutralidad de las demás superficies.
- Los continuos ventanales de piso a techo protegen la casa del exterior sin interrumpir la íntima relación de los espacios interiores con su entorno.
- El deck frente a la piscina –al igual que en las demás terrazas exteriores– está enchapado en porcelanato tipo madera, cálido, natural y antideslizante, perfecto para el uso en este tipo de contexto.