Inspirada en un granero, esta vivienda prioriza su relación con la naturaleza
Linka News / octubre 8 - 2025

Al norte de República Checa, esta vivienda se posa suavemente sobre un jardín agreste y maduro, un terreno que desciende hasta el arroyo. El proyecto, concebido para respetar la morfología del paisaje, se abre hacia el sur para aprovechar las vistas y la luz natural, estableciendo un diálogo constante entre la arquitectura y el entorno.

Desde el exterior, la casa diseñada por la firma Mimosa Architects mantiene una presencia discreta y rural. Su volumen compacto y el uso de materiales naturales —madera aserrada sin tratar, piedra local y metal negro— evocan la tradición constructiva de la zona. Sin embargo, una observación más atenta revela el dinamismo interior: las ventanas, dispuestas en diferentes alturas y tamaños, insinúan la organización vertical de los espacios.

El interior se articula alrededor de un gran salón central, que actúa como núcleo visual y funcional. Este espacio conecta las cinco plantas de la vivienda, unificadas por una circulación continua que acompaña la pendiente del terreno.

Desde la planta baja, donde el salón principal se abre directamente al jardín mediante una terraza, hasta el estudio ubicado en la parte más alta, que se extiende hasta la cumbrera, la casa se despliega en un recorrido ascendente y fluido.

Cada nivel responde a una relación precisa con el entorno: los dormitorios se orientan hacia zonas más resguardadas, los espacios comunes se abren a las vistas y el jardín, y el estudio culmina con una perspectiva panorámica del valle. La luz natural se filtra a través de aberturas estratégicas, generando una atmósfera cambiante a lo largo del día.

Detalles de la arquitectura de la vivienda

Los materiales son el hilo conductor entre interior y exterior. La madera aceitada en los revestimientos interiores aporta calidez y textura, mientras que la piedra local y el metal negro confieren solidez y carácter. Esta combinación busca la autenticidad material, evitando ornamentos innecesarios y permitiendo que la estructura hable por sí misma.

El jardín, pieza esencial del proyecto, se ha conservado en su estado original. Su vegetación madura —árboles, arbustos y praderas espontáneas— enmarca la vivienda sin imponerse, generando una integración natural y serena.

Desde adentro, las vistas se fragmentan en escenas enmarcadas, como cuadros vivos que cambian con las estaciones mientras que desde fuera, la vivienda se diluye entre el follaje, casi como si siempre hubiese estado ahí.

En esta casa, arquitectura y paisaje coexisten en equilibrio. No se trata de dominar la naturaleza, sino de habitarla con respeto. La pendiente, el arroyo y la luz se convierten en protagonistas silenciosos de una obra que celebra lo esencial: la conexión entre el hogar y el lugar que lo sostiene.