Un apartamento para ‘la vida real’ en Bogotá
©Mónica Barreneche. Fuente: El Buen Ojo / septiembre 27 - 2022
“Nos enfrentamos a un espacio con todo el potencial de una nueva vida, al que la cotidianidad había convertido en un lugar aburrido y disfuncional. Las dinámicas habían perdido vigencia y era el momento oportuno para revivirlo”. Eso cuentan las arquitectas Laura Escobar y Jimena Londoño, de Jotaele Arquitectura, firma detrás de esta transformación.
Medirse al desafío de rediseñar el estilo de vida de una pareja adulta representaba un reto en el cual, a través de diseños reales, tendrían la oportunidad de comprobar el porqué de un cambio.
“Fue un ejercicio de depurar los vicios que se adquieren a lo largo de los años. Nuestros clientes, poco a poco, se dieron cuenta de que no necesitaban tanto y que había mejores formas de almacenar, de vivir con menos”, añaden las arquitectas.
El concepto de almacenamiento inteligente determina, en gran medida, la nueva versión de este apartamento en Bogotá de 210 metros cuadrados. Un ejemplo de esto es el rediseño del flujo en su recorrido desde la entrada –eliminaron paredes y espacios cerrados–, además de camuflar áreas de almacenaje dentro de la propuesta de recubrimiento en madera de flor morado alistonada, que viste gran parte de la vivienda.
Un punto focal
El mismo recubrimiento alistonado sirvió como punto focal y conceptual dentro de la propuesta de diseño. “Esos dos planos de madera a la vista se convirtieron en el lugar de encuentro del apartamento. En él se borran las aristas y todas las circulaciones, al unirse de forma sinuosa, entrelazan cocina, sala y comedor”.
Con una estructura de niveles pausados y dobles alturas, las arquitectas se tomaron la licencia de unificar sutilmente la totalidad de la vivienda por medio de herramientas de diseño arquitectónico tales como esquinas curvadas.
También echaron mano de los apliques en puertas y paredes, el piso en espina de pescado de roble europeo, carpintería achocolatada, tonos fríos en azul claro, verde menta y gris, e iluminación indirecta de la compañía Delta Light. No obstante, el encargo trascendía lo arquitectónico. La tarea incluía la dotación completa del apartamento.
Así, las arquitectas contaron con firmas nacionales e internacionales para dotar este hogar con objetos y mobiliario. Sobresalen compañías como Folies, Cala de Nuez, Hechizoo, Estudio Zet, Muuto, Flos, Vibia, Herman Miller, Knoll, Del Portillo, Kartell, Gessi, Dessvan y el diseñador español Jaime Hayón, entre otros.
Usos reales de este apartamento en Bogotá
“Desde la arquitectura, y como amantes de los clásicos del diseño, conversamos e investigamos con la familia que habitaría el apartamento cómo vivir cada espacio desde su uso real; el manejo activo de una cocina funcional».
Fue clave tener en cuenta «lo armónico de un comedor auxiliar, dinámico y divertido; lo clásico de un comedor de doce puestos, y lo tradicional de una gran sala creada para entretener y disfrutar la vida adulta, desde una visión moderna. Fue un gran reto y aprendizaje.”
El resultado final se interpreta como la nueva versión de un apartamento de diseño típico bogotano, traído a la contemporaneidad con una mezcla de tecnología, domótica, acabados arquitectónicos vigentes, diseño clásico europeo y mucho arte, artesanía y decoración colombo-mexicana.
Cinco puntos para destacar
1. Esta remodelación lleva este apartamento en Bogotá a un estilo de vida más actual.
2. Mejorar los espacios de almacenaje, con un aspecto más limpio, era una de las metas en este ejercicio arquitectónico.
3. El recubrimiento en madera de flor morado alistonada es uno de los ejes en el diseño interior.
4. Las arquitectas eliminaron paredes y áreas cerradas para potenciar el flujo del apartamento.
5. Este diseño cuenta con firmas de mobiliario tanto nacionales como internacionales.