‘Cazar la sombra’: La exposición de Guillermo Arias, donde la luz y el mármol dialogan
Mónica Barreneche / noviembre 1 - 2024
El arquitecto colombiano Guillermo Arias (Bogotá, 1960) se caracteriza por un espíritu renacentista y una gran sensibilidad estética. Esto lo ha llevado a desarrollar una obra extensa y coherente, basada en su curiosidad y en un profundo entendimiento de la geometría y la luz.
Arias ha explorado la relación entre la forma, la luz y la sombra por intermedio de su taller Octubre, utilizando materiales tan diversos como maderas recuperadas, mármoles y metales, para crear desde piezas arquitectónicas monumentales hasta luminarias y mobiliario de autor. Su enfoque se caracteriza por una combinación de geometrías precisas y estéticas brutales, que logran trascender la función de los objetos para ofrecer una experiencia sensorial y artística.
Por esto, Arias presenta “Cazar la sombra”, una colección inédita que marca un momento culminante en su carrera, expuesta en NC Diseño, espacio de diseño coleccionable de la galería NC Arte. Esta muestra incluye luminarias y mobiliario que reflejan su maestría en el manejo de la materialidad y su capacidad para proponer narrativas visuales complejas.
“Por un lado, (Arias) busca materializar la conexión entre volúmenes de diferentes tamaños, proyectados en nichos luminosos, lámparas de techo, bancas, escaleras, mamparas y proyectos arquitectónicos. En su mente, todos estos elementos podrían ser maquetas que permiten transportarse a otros mundos. Por el otro, estas conexiones geométricas no solo deben tener una lógica interna, también deben proporcionar un placer sutil a los sentidos”, explican en el texto curatorial de la exhibición.
Los objetos de la colección de Guillermo Arias
Entre las piezas se destacan la Lámpara árbol, una instalación suspendida hecha de madera recuperada, que desafía la simetría convencional, y una serie de lámparas de mármol rosa y negro que interactúan con la luz artificial y se transforman en esculturas vivas. Estos bloques de mármol los aprovechan “hasta el más mínimo detalle en las lámparas de escritorio amorfas y las colgantes en forma de bala (…). El tratamiento de los mármoles negros portoro, contrastados con la agresividad del hierro oxidado, muestra una faceta más atrevida del taller”.
Mientras tanto, las Bancas II, de mármol blanco, “están sostenidas mediante un delicado detalle en madera, que suaviza el contacto con el óxido de las varillas metálicas, reflejando una actualización del lenguaje de un Octubre del pasado”. Estas piezas cuentan con iluminación a piso, lo que representa el manejo de la luz por parte del estudio.
Así mismo, las ventanas de dos de las áreas de exposición están cubiertas por lienzos de algodón, que pasaron por un teñido botánico hecho por la arquitecta Carolina Lineros, quien forma parte de Octubre. Para una de las zonas utilizaron hierro y semillas de achiote, que dan un tono rojizo; en la otra usaron hierro y eucalipto, para un resultado más grisáceo. Este trabajo artesanal está pensado para aportar a la iluminación general de la muestra, pues filtra de una manera muy especial la luz natural que ingresa durante el día.
El trabajo de Arias no solo resalta por su innovación formal, sino por su compromiso con la autenticidad de los materiales y su filosofía de diseño. “La materia no debería ser geopolitizada ni tener estratos sociales”, dice el arquitecto al referirse al uso constante de granitos, mármoles y otros elementos nacionales, y no únicamente los italianos.
En “Cazar la sombra” se incluye también una imponente escalera helicoidal, la cual es un reflejo de sus primeros trabajos como arquitecto y su capacidad para integrar la artesanía en el diseño contemporáneo.
En la colección se exhibe la culminación de años de investigación y experimentación, además de que se ofrece una visión personal y profunda del universo creativo de Arias. Cada pieza es una interpretación única de la geometría, el material y la luz, revelando cómo su enfoque arquitectónico trasciende las normas convencionales para generar un lenguaje propio que enriquece el panorama arquitectónico de Colombia. “Siempre he identificado lo que hacemos con las interpretaciones de la música clásica; se pueden leer las mismas partituras, pero cada maestro decide cómo tocarlas”, concluye Arias.
Esta muestra, que contó con la curaduría de Mónica Barreneche —fotógrafa y periodista especializada en diseño y arquitectura—, estará abierta al público de martes a sábado, hasta diciembre de este año, en La Casa Azul —carrera 5 # 26A-70 Bogotá—, espacio que el año pasado albergó el primer Design House Colombia.