Arquitectura

Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia

Revista AXXIS / 
mayo 3 - 2024
Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Desde lo público, la arquitectura puede generar espacios que garanticen los derechos fundamentales de los territorios olvidados. Una apuesta oficial con énfasis en lo educativo, que permite transformar socialmente las zonas críticas del conflicto armado.

La luz del desierto entra en los espacios sociales hasta el atardecer más profundo. La tierra seca y esquiva deja un polvo que arrastra la brisa, dicen sus pobladores. Los vientos, soplidos que se cuelan en las casas, no se pueden pasar por alto al azar. Las sombras —otra inquietud de los habitantes de La Guajira— no obedecen a la lógica bioclimática de ventilaciones cruzadas. 

“Eso genera contaminación por la arena que se levanta en las tardes”, acotan. Ni hablar de la madera nativa, que produce un “no” rotundo de la gente por temas de durabilidad. Estas comunidades wayús, con la experiencia ancestral en el territorio, prefieren el acero en los techos y soportes, y unas vigas anchas para “guindar” los chinchorros.

arquitectura educativa en La Guajira
Render de una unidad de recuperación nutricional en Manaure, La Guajira.

Estas consideraciones, varias incomprendidas por expertos del interior del país, fueron algunas de las conclusiones del ejercicio de diálogo y concertación con las comunidades de la Baja Guajira antes de comenzar a hacer el concepto y el diseño de la sede de la escuela en Yawaca, en Manaure, y otras construcciones sociales que ya están en marcha.

Además, forman parte de la metodología que sigue el equipo técnico del Fondo de Programas Especiales para la Paz de la Presidencia (Fondo Paz), a la hora de construir espacios en las zonas de conflicto armado en Colombia.

CoCrea La Guajira 2 Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Render del complejo educativo El Tarra, Catatumbo.

Desde esa lógica, esta es una apuesta que consiste en utilizar la arquitectura para el propósito de la paz territorial, lo cual tiene unos retos gigantescos. En un principio, porque parte del diálogo colaborativo con quienes van a hacer el uso de esa arquitectura.

“Se trata de construir con las comunidades la respuesta espacial y arquitectónica de sus necesidades, en medio de la violencia de esos lugares”, explica el arquitecto y urbanista Álvaro Randazzo, asesor de estos proyectos que acompañan las conversaciones y diálogos de paz. 

CoCrea La Guajira 4 Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Sede universitaria Mar Agrícola, en Tumaco.

Arquitectura con propósito en La Guajira

La apuesta, que viene desde la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y Fondo Paz, tiene una directriz clara: entender que una sola intervención no es suficiente. Entonces, para cada región de paz, existe el diseño de una “maqueta”, un instrumento de visión estratégica que busca transformar los territorios de manera integral.

Desde ese vehículo de inversión, “jalonamos y traemos a todos los sectores del Estado a los lugares más profundos del país, donde históricamente hay conflicto armado —revela la ingeniera Mariana Gómez Jiménez, coordinadora técnica de proyectos en Fondo Paz—. Y nos ponemos el reto de montar una infraestructura y unos equipamientos para fortalecer procesos sociales y culturales”. 

CoCrea La Guajira 5 Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Sede universitaria Mar Agrícola, en Tumaco.

Ella explica que su equipo, en materia de concepción y diseño, toma en cuenta la cultura, la memoria y los procesos socioculturales de esas comunidades como unos fuertes determinantes del diseño.

Aclara además que la apuesta arquitectónica de espacios se enfoca en la educación básica y superior, cuya priorización está situada en cinco zonas: Catatumbo, en Norte de Santander; Abades y Tumaco, en Nariño; Cañón del Micay, en el Cauca, y Bajo Calima, en el área rural de Buenaventura. 

CoCrea La Guajira 6 Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Sede universitaria Mar Agrícola, en Tumaco.

Se calcula que cada maqueta de transformación territorial cuesta aproximadamente 230.000 millones de pesos, según cifras del Departamento Nacional de Planeación (DNP). Y si se mira el ejercicio de educación, sin contar los proyectos de infraestructura, salud, vivienda, entre otros, se intenta recuperar edificios e instalaciones que están en deterioro y que se rescatan de manera expedita para que las aulas respondan al llamado de la juventud. 

En términos prácticos, cada persona que termina el colegio y sigue su proceso de educación es alguien que podrá adquirir competencias y herramientas. “La educación básica, media y superior son instancias fundamentales para terminar con la guerra”, recalca Álvaro Randazzo.

CoCrea La Guajira 7 Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Sede universitaria Mar Agrícola, en Tumaco.

Catatumbo y Tumaco

El proyecto más ambicioso está en el municipio de El Tarra, en la subregión de Catatumbo, con una inversión de 40.000 millones de pesos. Como dicta el trabajo arquitectónico de este grupo de expertos, se comienza con la identificación de los problemas de esa zona, y luego se hace el diseño de un gran complejo arquitectónico, de la mano del Ministerio de Educación, la academia, las entidades de paz y las comunidades. 

Además de un pénsum universitario enfocado en la productividad de sus habitantes, lo más relevante de este complejo educativo —ya con estudios y diseños, y que comienza obra este 2024— es que alberga construcciones complementarias de todo el ciclo de vida del ser humano: desde el centro de cuidado infantil, pasando por educación básica, media y universitaria, hasta un centro para el adulto mayor. “Es muy importante para toda la región”, afirma Mariana.

CoCrea La Guajira 8 Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Sede universitaria Mar Agrícola, en Tumaco.

En el otro lado del país, en Tumaco, se logró dar arranque a la sede universitaria Mar Agrícola, diseñada por el arquitecto nariñense Jaime Chamorro, que tenía un gran potencial arquitectónico para los municipios cercanos, pero que evidenciaba un síntoma de abandono por la falta de recursos de la Universidad de Nariño.

Ahí es donde las entidades de paz —y el esfuerzo de la propia universidad— entran a recuperar el moderno edificio y a mejorar las instalaciones con laboratorios, transporte, equipos y adecuaciones, con el fin de atender una población de 1.600 jóvenes sin una respuesta clara para ir a la universidad. 

CoCrea La Guajira 9 Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Sede universitaria Mar Agrícola, en Tumaco.

Y lo mismo ocurre en Barbacoas, en la región del Telembí y epicentro del conflicto actual en Nariño. Gracias al trabajo de este proyecto, a principios de año se recuperó un edificio usado por la Alcaldía para un hospital, y que se entregó para levantar un centro de educación superior con programas enfocados en artes y oficios de esta región aurífera.

Con recursos que rondan los 10.000 millones de pesos, en estos momentos se están haciendo los estudios de pertinencia y ya están los diseños arquitectónicos para tener una solución efectiva en menos de doce meses.

CoCrea La Guajira 10 Arquitectura para la paz en las zonas de conflicto de Colombia
Sede universitaria Mar Agrícola, en Tumaco.

En definitiva, el aporte real de este concepto de arquitectura social consiste en comprender las dinámicas en el territorio y lograr que los habitantes vivan tranquilos y con procesos de reconciliación. Y quizás lo más importante: que esta apuesta desde el diseño sea un instrumento efectivo para quitarle jóvenes a la guerra. El tiempo lo dirá.

Deja un comentario:

Newsletter

Registrese para recibir todo nuestro contenido