El diseño de un apartamento al servicio del arte que rompe la monocromía
Mónica Barreneche, fuente El Buen Ojo / octubre 31 - 2024
Cuatrocientos ochenta y cinco metros cuadrados sirvieron de excusa para albergar una importante colección de arte latinoamericano. “Los propietarios querían que esta segunda casa fuera opuesta a aquella en la que residen en Estados Unidos, que es una gran caja de luz blanca invadida de arte; entonces les propuse un diseño interpolado”, explica el diseñador colombiano Camilo Sighinolfi, responsable de este proyecto.
El apartamento, anclado en los cerros orientales, cuenta con una espacialidad compartimentada, a varias escalas y con distintos momentos. “Independientemente de las ideas que se pudieran tener aquí, lo único que en verdad importaba era el arte”, añade Sighinolfi, quien agrega que la idea original que tenían en mente los propietarios era un loft de estilo industrial.
Camilo se quedó con la esencia de este requerimiento, pero le dio un giro al remplazar el ladrillo por el microcemento, las columnas de acero expuestas por muros curvos texturizados con terminaciones a piso invisibles y lo frío de un espacio metálico por la calidez de la madera. “Nada que te distraiga del arte exhibido en todas las fachadas posibles: pisos, techos y paredes”, señala.
“El diseño curvo me lo dio el proyecto. El apartamento original tenía esta gran bóveda en el salón central, con una doble altura de siete metros. Era una residencia de principios del siglo XXI, donde abundaban los mármoles italianos, las piedras talladas, las carpinterías en comino crespo, los vitrales y ornamentos. Lo único que conservé fue la bóveda. Una forma que me dio la pauta para fluir orgánicamente con el resto del diseño e incluir estas geometrías hasta en los detalles más pequeños”.
En esta monocromía de grises en tonos mate, el color lo pone el arte; con esto no importa si rota la colección, pues el cascarón sigue cumpliendo su propósito. Sin embargo, existen elementos claves dentro de todos los proyectos de Sighinolfi, que en sus propias palabras le dan un punch a la totalidad del espacio, y en este proyecto se hacen evidentes.
El diseño del apartamento
Primero está la iluminación arquitectónica, propuesta por Delta Light Bélgica; luego resalta el brillo puntual que generan los pisos y paredes en mosaico de mármol instalados en la cocina y baño de invitados; después se hace evidente la inclusión de enchapes en madera alistonada, que aportan calidez a un espacio que se percibía frío.
Por último, la minuciosa selección de diseño italiano —una constante en el portafolio de Sighinolfi—, como por ejemplo el sofá Reflex de Pininfarina en el salón, las poltronas de Porada en el bar, la mesa de comedor de Encobile Italia y la lámpara de techo de Davide Groppi.
En este apartamento se exhiben obras de reconocidos artistas, como los escultores brasileños Artur Lescher y Paula Juchem, el escultor japonés Keita Miyazaki, el escultor hiperrealista Marc Sijan, y los artistas colombianos Nicolás Bonilla y Hugo Zapata. En pocas palabras, es una estancia de paso, concebida para albergar en forma sobresaliente una arraigada pasión por el arte y el coleccionismo.
Cinco puntos para destacar
1. Los propietarios querían una casa en Colombia totalmente opuesta a su residencia en Estados Unidos, que es una gran caja de luz blanca.
2. Entre las estrategias de la remodelación estuvieron cambiar el ladrillo por microcemento y las columnas de acero expuestas por muros curvos.
3. La extensa colección de arte da el color a esta monocromía de grises en acabado mate.
4. La iluminación arquitectónica es clave para resaltar todas las obras que componen el proyecto.
5. La madera alistonada se utiliza para darle más calidez a este apartamento.
Excelentes tonalidades, el diseño estupendo…
Simplemente, espectacular.