Decir que una casa tiene 500 metros cuadrados puede parecer mucho, pero con una distribución correcta y un interiorismo bien ejecutado, la experiencia de habitar y recorrer una vivienda de estas dimensiones puede resultar placentera, cálida y acogedora. Eso es justamente lo que sucede en el proyecto C191, diseñado y construido por la firma antioqueña Concepto 29, en el Alto de las Palmas, al oriente de Medellín. 

Simón Tobón, arquitecto y fundador de este estudio, explica que la inclinación del lote definió su conceptualización. En la parte alta colinda con un bosque —con vegetación de tierra fría—, y al frente, por la entrada, lo que más sorprende es la vista hacia las montañas.

“Lo que me interesaba era lograr que la estructura se relacionara con el lugar de implantación, que el bosque se adentrara en la casa, se apropiara de ella y terminara formando parte activa de su arquitectura”, explica. 

Este vínculo con el paisaje se logró con tres estrategias. En primer lugar, la parte posterior de la casa se abre hacia el jardín y el bosque. El baño principal, separado por ventanales del patio, tiene una ducha exterior, en tanto que la cocina se comunica con el BBQ a través de puertas correderas.

Por otro lado, hay dos vacíos dentro de la vivienda que están ocupados con jardines interiores, lo que hace que efectivamente parezca que el bosque ingresó en ella. Finalmente, el frente se abre hacia la vista por medio de una generosa terraza, sobre la cubierta del primer piso. 

Los espacios de la casa

La distribución de la casa es inusual: en el primer piso, por donde se ingresa, hay dos cuartos auxiliares, un estudio y un man cave: un refugio dedicado al ocio masculino, que consta de un gimnasio, un bar y un simulador de golf. La iluminación es protagonista de esta habitación. El segundo nivel funciona “como un apartamento de soltero, en el que el cliente, que vive solo, tiene todo a la mano: su alcoba, la cocina, la zona social y el acceso al patio trasero y a la terraza frontal”, dice Tobón. 

Con el trabajo de interiorismo, decoración y mobiliario, también a cargo de Concepto 29, se complementa el concepto arquitectónico a la perfección. Para su fundador, “este proyecto es coherente porque nuestro equipo estuvo detrás de todas sus etapas, desde su primera concepción hasta la escogencia del arte y los objetos de diseño que la componen. Esto garantiza que el cliente sienta una conexión real con su hogar”. 

El arquitecto define el estilo de esta casa como “atemporal, sobrio y profundo”, compuesto por materiales como la madera natural, la piedra y el concreto a la vista, que se combinan con el cuero de los muebles —diseñados también por Concepto 29— y el verde oscuro de la vegetación. 

Algunos objetos de colección terminan de moldear la personalidad del interior, como una motocicleta BMW de la década de los sesenta, que separa el comedor de la sala y se roba la atención. “Entender el gusto de quien va a habitar una casa es clave para disponer el interiorismo en función de lo que le interese. Esta moto, por ejemplo, está posada sobre una tarima que diseñamos especialmente para exhibirla, y tiene un foco de luz en el techo que la ilumina como si fuera una pieza de museo”, cuenta Tobón.