Piedra, madera y azul índigo es la combinación de esta casa en Turquía
Vía V2com / abril 23 - 2025

En la pendiente de Kekliktepe, en Urla, Turquía, se posa S House, una residencia que renace con carácter, donde la topografía dialoga con el diseño contemporáneo. El estudio Ofisvesaire se enfrentó al reto de transformar una estructura preexistente en una casa sofisticada que abraza el paisaje y redefine el habitar con una arquitectura viva, envolvente y fluida.

Desde la cimentación hasta la cubierta, cada decisión reescribió el lenguaje espacial. El sistema estructural fue reinventado mediante una solución compuesta que fusiona concreto armado con elementos expresivos y ligeros, marcando una nueva narrativa arquitectónica.

El diseño de la casa

La joya de esta transformación es una pérgola abierta hacia el horizonte, con una fachada de vidrio móvil que disuelve las fronteras entre el adentro y el afuera, dejando entrar el paisaje y la luz como invitados permanentes.

La entrada funciona como un pasaje de transición, una bienvenida silenciosa donde mármol y madera se funden con sutileza, acompañando al visitante hacia el corazón social de la casa. La sala principal, con su comedor independiente, se expande y contrae gracias a paneles semitransparentes que permiten una coreografía espacial en constante movimiento. Las vistas hacia la terraza y los jardines funcionan como una prolongación del interior, dibujando un vínculo emocional con el entorno natural.

Muros móviles, nichos ocultos y fachadas versátiles transforman el espacio según la ocasión, revelando un ritmo sereno entre privacidad y apertura. Un pasillo conecta los dormitorios con una obra de arte que actúa como contrapunto visual, reafirmando la continuidad espacial. El dormitorio principal, dos habitaciones de huéspedes y una sala recreativa conviven con áreas de servicio que completan el recorrido doméstico sin interrumpir su armonía.

Materialidad de la obra
En el exterior, la arquitectura sigue respirando con la misma precisión. El gimnasio, la casa de la piscina y el estacionamiento se distribuyen como fragmentos en el terreno, respetando la geografía y potenciando la conexión visual. El paisajismo acompaña con tacto, multiplicando las relaciones entre lo construido y lo natural, mientras el lenguaje matérico –madera, acero y piedra– integra la residencia con su contexto, elevando su expresión a la categoría de oasis contemporáneo.

La luz, presente en cada rincón, se transforma en materia poética. En el baño principal, una claraboya deja filtrar rayos que se cuelan entre celosías de madera, proyectando sombras en una pared de piedra. Es la danza del sol lo que marca el tiempo y da vida a los espacios.

Casa S es una coreografía entre arquitectura, luz y paisaje. Un manifiesto del habitar moderno donde la forma se adapta al entorno, el espacio se transforma con libertad y cada rincón se convierte en un escenario para el descubrimiento.