Esta casa se comunica con el mar por su estética, sus materiales y sus vistas
Revista AXXIS / enero 16 - 2025

Paisaje, clima y geografía son, al igual que las personas, habitantes de la arquitectura. Ninguna casa es genérica, pues el lugar en el que se levanta siempre la atraviesa. Construir una cabaña andina se relaciona con el deseo de morar con el frío y la vegetación, de la misma manera que una morada de playa nos obliga a compartir el espacio con la brisa, el calor y el sonido del mar. Esta residencia, ubicada en el golfo de Morrosquillo, se pensó para diluirse en su entorno.

Su volumen, con una configuración lineal, paralela a la costa, distribuye siete habitaciones, una zona social generosa y dos cocinas —una industrial para uso intensivo y otra abierta, integrada al área social—.

Adosada a la fachada aparece una terraza, cubierta parcialmente por una marquesina construida con vigas de madera y columnas hechas con troncos de árboles. Una cercha reciclada de un puente, revestida con yute, salva una luz de veinte metros que permite tener desde adentro una vista ininterrumpida del mar.

Por su parte, la piscina queda expuesta al sol, y mediante una escalinata que hace las veces de tribuna, se vincula con una porción de playa, confinada por una cerca de maderos de sección rectangular, tratados de tal manera que el ambiente los doble. Así, una serie de planos y tamices en luz y sombra crean una secuencia de momentos entre el espacio íntimo y el océano.

Detalles del diseño de la vivienda
En este proyecto, dos quioscos ofrecen ambientes exteriores. Uno de ellos está asociado a la playa y cuenta con una tercera cocina, habilitada para preparaciones en el sitio, sin tener que ir a la casa principal.

El otro queda en un punto del lote donde existe una diferencia de tres metros de altura con respecto a la playa, lo que genera el efecto de levitar sobre el agua. Hamacas y sillas mecedoras invitan a habitar el afuera en una actitud relajada.

La mayoría de los materiales de la casa son de la región, con excepción de la piedra muñeca, usada en la terraza de la piscina debido a su eficiencia térmica y condición antideslizante natural. Así mismo, el volumen principal se construyó con mampostería, mientras la madera, la guadua y la palma se emplearon en la marquesina y las construcciones aisladas.

Para el interior, optaron por una baldosa de ajedrez fabricada artesanalmente, lo que no solo pone en evidencia sus pequeñas imperfecciones sino que las resalta, como una postura estética. En el área de cocina, decidieron minimizar la presencia de electrodomésticos para que no contrastaran con la arquitectura.

El resultado de todo esto es una casa que dista mucho de otras construcciones en la zona —hechas en concreto y vidrio— y que parece haber estado siempre ahí. Una obra nueva pero que, al estar arraigada en el lugar, parece vieja.

El esfuerzo deliberado por ocultar esta casa entre la vegetación trasciende este simple acto para desdibujarse poco a poco entre la esfera privada y cerrada, y la vida abierta a la intemperie en el mar. Ocultarse aquí es mucho más que esconderse: es confundirse con el ambiente costero para vivir con él.

Cinco puntos para destacar de esta casa
1. Dos quioscos ofrecen los ambientes exteriores en este proyecto.
2. Una cercha de acero, utilizada para sostener puentes, salva una distancia de veinte metros —sin apoyos— para que no haya obstrucciones en la vista hacia el mar.
3. La casa se concibió de manera que funcione siempre a partir del autoservicio, para que no dependa de un cuerpo grande de personal de servicio.
4. La mayoría de los materiales usados son de la región, lo que produce una estética propia del lugar.
5. La relación entre la casa y el mar se da a partir de una secuencia de espacios interiores y exteriores que ofrecen distintas estancias.
Me gustaria conocer como son los baños
Que sistema se utilizo como puerta entre el interior y la terraza donde esta la piscina.
Utilizamos una gran puerta corrediza que se acumula y guarda en un bolsillo. Aluminio blanco con vidrios laminados