Una casa en la Calera con una cocina diseñada para encuentros familiares
María Juanita Becerra / octubre 21 - 2019

En la mayoría de hogares la cocina es, además de utilitaria, el lugar de encuentro entre familiares y amigos, donde se comparte el día a día. A partir de este concepto, la diseñadora cucuteña Claudia García, gerente de la firma Studio Modo, remodeló su propia casa.
Como una manera de retar los cánones de la arquitectura, incorporó una segunda cocina y la convirtió en el alma de la zona social. Para ello la integró al comedor y a la sala, lo que genera que estos tres ambientes se perciban como uno. “Es nuestro lugar favorito, donde más disfrutamos como familia”.
No obstante, era indispensable que la cocina anterior a la remodelación mantuviera su funcionalidad, pues con ello se complementa el carácter –ante todo– social de la nueva, donde las cualidades estéticas –ortogonalidad, juego de proporciones, paleta de colores y contraste de materiales– saltan a la vista. En pocas palabras, la primera sirve exclusivamente para cocinar, mientras la segunda es el centro de las reuniones familiares. “Uno de los grandes retos era lograr que mis hijos, que viven en Bogotá, quisieran pasar tiempo aquí, incluso en compañía de sus amigos. La cocina ‘social’ ayudó a hacerlo posible”.
Otro auténtico logro consiste en que, a lo largo y ancho de sus 700 metros cuadrados, esta construcción satisface los deseos y necesidades de sus dueños. Su programa arquitectónico incluye cinco habitaciones, seis baños, salas de lectura y televisión, estudio y zona social.
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“Para mí es fundamental que cada una de las actividades que se llevan a cabo en el interior de una casa dispongan de un ambiente propicio”. La suya no es la excepción. Por eso los espacios son –prácticamente– especializados, puesto que cada uno de ellos se destina a una actividad específica.
En ese sentido apostó por conservar la arquitectura original de la casa y remodelar principalmente las áreas de servicio –cocinas y baños–. En ellas, materiales pétreos –como el cemento industrial– se ponen en contraste con la madera de sapán.
Hay predominio de los materiales rústicos o en estado natural, que gracias a su calidez transmiten una sensación de hogar. Así, en el interior, diferentes texturas y colores crean una estética joven y plena de vitalidad.
Por otra parte, el mobiliario escogido da cuenta de la labor de García: “Las obras de remodelación coincidieron con un proceso de transformación de mi empresa. La idea era que mi casa fuera el reflejo de esa evolución de la marca y, por supuesto, de mi trabajo como diseñadora”.
Sobresalen muebles de marcas como Living Divani, Lema Mobili, B&B Italia y Maxalto, así como lámparas decorativas de Foscarini. Estas firmas, sin lugar a dudas, representan alianzas importantes para Studio Modo, pues son afines en cuanto concepto, diseño y calidad.
Obras de artistas latinoamericanos como el colombiano Eduardo Ramírez Villamizar y el cubano Kcho –Alexis Leiva Machado– se suman al conjunto de singularidades que presenta la casa. Esta dimensión artística se extiende a la arquitectura, cuya fluidez espacial se ve interrumpida por los jardines interiores y las vistas hacia el paisaje exterior.
Sin duda, los cambios en el estilo de vida se manifiestan a través de los proyectos de renovación o remodelación de las viviendas contemporáneas, ya que en el espacio doméstico se plantean nuevas formas de habitar. Muestra de ello es esta casa, en la que decidieron incorporar una cocina a la zona social. Aquí la diseñadora se atrevió a confiar en su intuición, pues tanto la arquitectura como el diseño exigen esa convicción.
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