Esta casa en Colombia tiene una arquitectura sencilla, sostenible y ancestral
María Juanita Becerra / julio 30 - 2024

Una de las acciones eficaces de la arquitectura para hacer más sostenible la industria de la construcción consiste en emplear materiales locales de origen natural. En este sentido, con el interiorismo de la casa se busca fomentar un estilo de vida sostenible y responsable con el medio ambiente mediante el uso de materiales orgánicos cuya apariencia simula las texturas y colores del entorno.

Para esto, la firma David Restrepo & Cía. Arquitectos trabajó en colaboración con maestros en varios oficios, como artesanos, carpinteros, ebanistas y tapiceros, además de diseñadores industriales para la creación de piezas únicas.

La unión entre artes y oficios, un movimiento originado hace más de un siglo en Inglaterra, cobra vigencia dentro de este contexto, puesto que las técnicas ancestrales que pretendían imponer generan un impacto mínimo en la naturaleza, a diferencia de los procesos mecánicos o industrializados, cuyas consecuencias saltan a la vista con el fenómeno del calentamiento global.

El diseño sostenible de la casa
Como una manera de reivindicar esta unión, en el interior de esta casa convergen la arquitectura y el diseño con los oficios manuales, enfoque que nutre su potencial estético y su carácter sostenible.

De lo anterior se desprende la paleta de materiales empleados, los cuales forman parte de los “haceres” ancestrales de las comunidades de algunos resguardos indígenas y grupos de artesanos de Colombia.

Muestra de ello son las lámparas elaboradas en fibras naturales crudas en el municipio boyacense de Guacamayas, los revestimientos fabricados a partir de palma estera y cajeta de plátano en Chimichagua (Cesar), los textiles tejidos a mano en crin de caballo y fique, y los accesorios decorativos de madera con tallas realizadas por la comunidad sikuani, de los Llanos Orientales. Y esto solo por mencionar algunos.

El conjunto de esta variedad de objetos no solo potencia las cualidades estéticas del espacio, sino que promueve además la preservación de las técnicas artesanales tradicionales y apoya las economías locales. Adicionalmente, ayuda a minimizar la huella ambiental, gracias a que sus procesos de fabricación no requieren demasiada energía ni implican largas distancias para su transporte.

Así mismo, con el fin de optimizar la eficiencia energética y racionar el uso de los recursos, plantearon varias estrategias, como la implementación de sistemas de energía fotovoltaica, colectores solares y condensadores de humedad del aire para extraer agua, al igual que la reutilización de aguas lluvias e instalación de grifos ahorradores, inodoros de bajo consumo y lámparas LED.

En cuanto a los acabados, en los baños usaron sinterizados de piedra y madera teca, creando así una fusión armónica y de fácil mantenimiento. Las baldosas de piedra y cerámicas de apariencia natural las emplearon para todos los pisos, dadas sus propiedades —alto tráfico, control de humedad y temperatura, y poco mantenimiento—; las pinturas de muros están fabricadas con ingredientes de baja emisión de VOC —compuestos orgánicos volátiles—, mejorando la calidad del aire interior y reduciendo la exposición a sustancias químicas y otros contaminantes; finalmente, la ventanería es de PVC no plastificado.

Dichas especificaciones son producto de la visión consciente de los propietarios sobre cómo el diseño contribuye a la autosostenibilidad de las viviendas. De ahí que el proyecto haya recibido la certificación EDGE Advanced, que establece los criterios sobre el uso eficiente de los recursos. Esta casa obtuvo ahorros de 128 % en energía, 36 % en agua y 61 % en menos energía incorporada en los materiales.

La distribución espacial de la obra
Respecto a la distribución, la casa se organiza a partir de dos niveles a lo largo de dos volúmenes, que se integran por medio de la zona social y un gran patio de llegada, donde están las áreas de servicio, cuartos para equipos técnicos, depósitos y un parqueadero cubierto. Este patio, abierto y luminoso, conduce hacia el acceso principal, enmarcado por jardines poblados de especies nativas de hojas verdes y frondosas, que potencian la conexión con el entorno natural.

Detrás del acceso, en el primer piso, se encuentra la zona social principal, cuyas visuales se dirigen al horizonte y su diseño responde a la idea de que sea un espacio abierto y conectado, tanto con la piscina como con el resto de la vivienda. Junto a la sala ubican la cocina, que incluye una alacena y una cocina auxiliar destinada a la preparación de platos sencillos. Dentro de esta área también están el comedor —que se extiende hasta el lugar de BBQ—, el estar y el comedor auxiliar —orientados hacia el entorno natural—.

El segundo volumen aloja las habitaciones de visitantes —cada una provista de un baño— y un estar de televisión delimitado en una de sus fachadas por una terraza que, gracias a su diseño, crea un núcleo de actividades alrededor de la piscina.

En el segundo nivel está la habitación principal y un estudio, conectados a través de un conjunto de terrazas dispuestas sobre el volumen de servicio. En estas terrazas instalaron paneles fotovoltaicos de energía solar, además de lucernarios ubicados de manera que permitan el ingreso de la luz natural al interior.

Cada uno de los interiores de la casa se concibieron en función de las actividades a las que están destinados, otorgándoles un significado e identidad propios. “No solo se trata de crear espacios visualmente atractivos, sino también prácticos, cómodos y adaptados a las necesidades de los usuarios, demostrando que es posible vivir en armonía con el medio ambiente, sin comprometer valores estéticos.

Por eso, este proyecto no es solamente un hogar, sino un testimonio vivo de cómo el diseño consciente puede transformar nuestra manera de habitar el mundo, adaptando prácticas de sostenibilidad para garantizar un futuro más equilibrado y limpio”, explica David Restrepo.
Cinco puntos para destacar
1. Esta vivienda obtuvo el certificado EDGE Advanced, con el que se reconoce el uso eficiente de los recursos.
2. La casa la diseñó la firma Rodríguez Valencia Arquitectos y la construyó Cano Ospina Ingeniería.
3. En el diseño interior, el arquitecto David Restrepo adoptó un enfoque sencillo y minimalista que le permitió eliminar los excesos —en la medida de lo posible—, para así crear espacios limpios y serenos que hagan de la naturaleza la verdadera protagonista.
4. El mobiliario de líneas sencillas y materiales orgánicos —pero resistentes— lo produjo la diseñadora Claudia Uribe.
5. El paisajismo estuvo a cargo de Ramiro Olarte, quien lo creó como una continuación del exterior, por medio de la siembra de especies de jardín de hojas verdes.