Entre el ruido de la ciudad y las agotadoras rutinas de trabajo, mucha gente sueña con tener algún lugar para escaparse los fines de semana. El contacto con la naturaleza, la tranquilidad y el buen clima pueden ser elementos clave para desconectarse y descansar.
Afortunadamente, gracias a los pisos térmicos, en Colombia es muy fácil cambiar de paisaje y de clima con tan solo manejar un par de horas desde las principales ciudades. En este contexto es que se han desarrollado condominios de primer nivel con campos de golf, lagos, vegetación y piscinas.
Una casa campestre debe tener unas características que solamente la arquitectura bien hecha puede cumplir. Eso es lo que tenía en mente el arquitecto Darío Rodríguez a comienzos de de la década de 1990, cuando creó, junto con su hermano César Rodríguez, la firma Darío Rodríguez Arquitectos. “Quisimos diversificar e innovar en arquitectura”, es lo que comenta.
En 1993 hicieron el primer diseño y la primera construcción de la empresa en El Peñón (Girardot, Cundinamarca), que ya empezaba a perfilarse como un destino con un potente desarrollo en la región. Desde entonces, Rodríguez ha participado en más de 200 proyectos, incluyendo diseños, construcciones y remodelaciones.
El estilo de Darío Rodríguez Arquitectos
Con esa experiencia, este estudio ha refinado su estilo hasta el punto de que la mayoría de sus proyectos se destacan y se valorizan. Para él, un edificio se debe destacar por una correcta “integración de espacios, un juego de volúmenes intencionado e iluminación y ventilación natural y lograda. Además, obviamente, del respeto por el entorno natural”.
Eso es evidente en muchas de sus casas campestres en Anapoima, Villavicencio, El Peñón, Yopal, en la sabana Bogotá, en otras ciudades y municipios. De hecho, el arquitecto afirma que está dispuesto a trabajar en cualquier lugar de implantación, siempre leyendo con cuidado cuáles son las condiciones para poder adaptar cada proyecto a ellas, con las tendencias y corrientes más actuales y con la tecnología más cómoda e innovadora.
“Un proyecto debe ser concebido para disfrutar a plenitud cada uno de sus espacios. En clima cálidos, la prioridad es el desarrollo de las áreas exteriores”, explica Rodríguez.
“La arquitectura, sin importar dónde se erija, es un arte que siempre se hace en función de las personas. Es la perfecta integración de función y forma, y por eso está tan cerca de la perfección. O, por lo menos, debe buscarla. La arquitectura es una pasión”, concluye Rodríguez.
La Arquitectura de hoy, debe tener un enfoque humanizado, sin romper la relación y el buen diálogo con el entorno, buscando siempre la sinergia entre lo estético, la métrica y el buen gusto, sin depender en forma muy directa de la capacidad económica del adquiriente.
En esta búsqueda la firma Darío Rodriguez Arquitectos, ha encontrado la fórmula perfecta para alcanzar a través de sus ideas, una experiencia feliz para quienes hemos confiado en sus proyectos.