El arte de habitar: ‘Design House Colombia’, la casa de la arquitectura en Bogotá
Mateo Arias Ortiz, editor digital de AXXIS / enero 11 - 2024
Frecuentemente, los arquitectos y diseñadores se quedan con varias ideas en el tintero porque no son del todo prácticas en el terreno de lo cotidiano, razón por la cual tienen que ajustar su imaginación al uso diario de los espacios y a los requerimientos de los clientes.
Por eso, la oportunidad que tuvieron diez estudios de diseño colombianos de participar en la primera edición de la exposición “Design House Colombia” fue emocionante. Y sus resultados lo son todavía más.
A cada uno de estos diez estudios —seleccionados por Mónica Barreneche Olivares, fotógrafa y periodista especializada en arquitectura y diseño, además de directora de la agencia consultora El Buen Ojo— se le asignó una habitación de una casa.
Allí, cada firma le dio rienda suelta a su creatividad y convirtió su porción del edificio en un espacio único, abstracto e improbable, solo posible bajo la firme convicción de que la arquitectura debe tratarse como lo que realmente es: una forma de arte.
Sobre el edificio Design House Colombia
El lugar que se intervino también tiene protagonismo en esta historia. Conocido originalmente como el edificio Rodríguez, este inmueble hoy renace bautizado como la Casa Azul.
“Concebida dentro del plan urbanístico del barrio La Macarena, en Bogotá, la Casa Azul tiene vecinos icónicos como el parque de la Independencia, el edificio KLM y las torres del Parque (…). Su estructura original se mantiene tal cual la visionó la firma Rocha Santander & Cía. a mediados de los años treinta (…). La volumetría y la espacialidad sirvieron de evidencias primordiales para declararla patrimonio arquitectónico de Bogotá”, cuenta Estefanía Neme Hakim, la directora de NC Arte, la galería que organiza esta exposición en colaboración con El Buen Ojo.
De hecho, “Design House Colombia” marca el nacimiento de NC Diseño, el nuevo programa de NC Arte —el espacio cultural y educativo de la Fundación Neme, que lleva doce años promoviendo el arte con su galería y exposiciones— dedicado al diseño. Según Neme Hakim, NC Diseño “busca generar una reacción con los objetos esculturales coleccionables de edición limitada, que permiten abordar y pensar el diseño también como disciplina artística”.
La exposición se instala en un edificio de cuatro plantas, el cual consta de un dúplex, cuatro apartamentos, tres patios y dos garajes. “Era una familia tan extensa que, en lugar de adquirir varias casas, optó por habitar en un solo edificio, diseñado especialmente para ellos”. Así lo cuenta el curador bogotano Rodrigo Orrantia, quien vivió en ese edificio cuando era niño, en un texto introductorio publicado en una revista dedicada a la exposición.
Acompáñenos en este recorrido a través de las propuestas de los diez estudios que intervinieron la Casa Azul. Pero ¡no deje de ir personalmente! Podrá hacerlo hasta el 18 de febrero.
1. Un refugio para pensar
La firma mm&co, espacio de arquitectura y diseño que fundó el arquitecto bogotano Martín Mendoza, intervino la oficina de la casa. Para él, un estudio en una vivienda es sinónimo de lo privado. “Es un refugio completamente personal”, dice.
El resultado de su diseño da cuenta de esta concepción sobre la intimidad de los espacios. Las paredes del lugar están cubiertas con chapilla tipo madera color café oscuro, de Wood Box, en tanto que el techo está pintado de rojo secuoya.
La chimenea original se conservó, y junto con el escritorio —hecho con bases de acero y una gran pieza enchapada— y la lámpara de fique de Alta Estudio, es la protagonista de la oficina de la Casa Azul.
2. Una sala tropical
El concepto principal de la sala, que propuso el diseñador medellinense David del Valle —fundador de Del Valle Studio y Tu Taller Design—, era introducir lo tropical a la casa, aprovechando la vista al parque de la Independencia y la vegetación que se aprecia por los marcos de las ventanas.
Sobre la mesa de centro —hecha en bronce y cuya forma está inspirada en la serranía de Chiribiquete, en el Guaviare— flotan una especie de terrarios o enredaderas de especies vegetales típicas de Bogotá.
Parte del piso en parquet está cubierto por un tapete, diseñado por Del Valle y realizado por ParceRugs, que evoca la riqueza tropical, y sobre él se posan dos poltronas Butaque C, que son un homenaje a un diseño original de la diseñadora mexicana Clara Porset.
3. El té del sombrerero
Tres elementos del comedor hacen que el visitante se sienta como en la famosa escena del Sombrerero de Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas: el primero es la conexión con el patio, que evoca la vegetación del bosque encantado.
El segundo es la ilusión óptica creada por el espejo —además del cristal de la mesa y de la iluminación—, que hace que el lugar parezca infinito, una sensación mágica solo posible en la literatura y la imaginación. El tercero es la pequeña mesa auxiliar de Cala de Nuez, que parece de juguete.
Aunque ese no fue el concepto original que idearon las arquitecturas Jimena Londoño y Laura Escobar —de Jotaele Arquitectura—, quienes quisieron recrear el comedor como epicentro de la casa, donde hay lugar para toda la familia y sus invitados cambiantes.
4. Privacidad al aire libre
Un patio interior se conecta con el comedor y también con la cocina. En él, el arquitecto Pedro Bermúdez hizo un jardín itinerante, es decir, que su dueño puede llevarlo consigo de mudanza en mudanza.
Bermúdez explica que un patio, si no es un antejardín, tiene la cualidad de ser privado e íntimo a pesar de estar al aire libre, y esa es una condición que debe aprovecharse. Las celosías metálicas —diseñadas por él mismo— y las macetas —de la firma Mirrón— se roban las miradas.
5. Espacio intermedio
Entre el comedor y la cocina hay otro lugar intermedio que sirve como transición y descanso. Lo intervino Basalto Studio, firma liderada por la arquitecta colombiana Susana Garavito, una de las más jóvenes de la exposición.
“En este lugar se encuentran varios tótems creados a partir de cerámica, resina y cuarzo de diferentes alturas y colores llamativos, que marcan un recorrido que pretende sumergir, brevemente, al visitante en el movimiento que las formas asimétricas de estas columnas sugieren”, explica Mónica Barreneche, la curadora de la exposición. En este pequeño espacio, el concreto del piso contrasta con las coloridas esculturas y las grandes lámparas.
6. Las marcas del tiempo
Qué mejor oportunidad que esta exposición para diseñar una cocina sin preocuparse porque el mesón deba tener tales y cuales características que lo hagan resistente y funcional. “¿Por qué todo debe ser aséptico y blanco? ¿Por qué estamos tan obsesionados con que los lugares y muebles se vean nuevos, como si nadie los usara?”, se pregunta el arquitecto Julián Molina, líder de Refugio Arquitectura, el estudio que diseñó este cálido espacio.
Precisamente por esto, Molina escogió materiales nobles como la madera y el cuero. El gran mesón, que sirve a la vez como estufa, mesa de comedor, escritorio y superficie para cocinar, es el centro de este importante lugar de la casa. Está hecho de madera, porque la idea de Molina es que “en él vayan quedando las marcas de tiempo y del uso”.
7. Conexión con el campo
Al otro lado de la cocina está el patio central de la Casa Azul. Al abrirse la puerta, a escasos dos metros del lavaplatos, se pueden tomar con la mano las fresas de un jardín vertical ubicado en este espacio abierto para usarlas en alguna preparación.
Esa conexión con lo rural es lo que quiere evocar el horticultor y paisajista israelí Itamar Sela con la intervención de este espacio por intermedio de su firma Terreno Estudio-Paisajismo. En este patio el agua es muy importante, al igual que la vegetación, la tierra y el fuego. Es una especie de autobiografía de Sela, quien creció en las montañas costeras de Carmel, en el norte de Israel.
8. La caverna del hombre
En las grandes casas suele haber una habitación que solamente usa el padre o el abuelo. La man cave —caverna del hombre—, creada por el estudio Cruz de la Pava, es un homenaje a este espacio privado, que invita a la soledad y la meditación.
Para lograr ese estado de ánimo, el diseñador Camilo Cruz y el arquitecto Felipe de la Pava instalaron una escultura del artista Leonel Vásquez que produce un sonido inspirado en el vientre materno. Al sentarse en el sillón, frente al espejo, se desata una sorpresa que usted tiene que presenciar personalmente.
9. Un sueño en blanco y negro
Entrar al dormitorio de la casa es una experiencia sensorial casi onírica. Es como adentrarse en una foto o en una película en blanco y negro, pero en la vida real. Las firmas encargadas de esta intervención, Camila Buitrago Studio y Granada Garcés Arquitectos, quisieron proponer un homenaje al gris como símbolo de los puntos medios, no radicales.
“Mediante la elección de materiales y un diseño conceptual, su objetivo es llevar al visitante a un mundo que parece irreal, pero que se materializa por medio del contacto con la madera, el lino, las piedras y los metales en sus propuestas de diseño interior”, explica Barreneche.
10. El despacho del psicoanalista
El espacio en el que intervino la firma Moblar —de Carlos Saldarriaga y Maurizio Cian— es como un segundo estudio en la “Design House Colombia”, pero con una particularidad: su centro es un diván.
Es una pieza de mobiliario icónica, pensada para la reflexión y el conocimiento del ser, como en la oficina de un psicoanalista. El escritorio —diseñado por ellos, al igual que el diván— complementa ese ambiente intelectual que quisieron lograr y que se complementa muy bien con el reloj y el espejo de Jon Oberlaender.
Más detalles de la casa azul
Además de los diez espacios principales, la Casa Azul tiene otras habitaciones que vale la pena conocer, como el proyecto titulado Diálogos, que combina la mesa Occhio, de Moblar, con las sillas 444 de Tablarasa y los paneles de chapilla de Wood Box.
También hay un rincón diseñado por la firma Guarida y un tercer patio intervenido con las piezas de iluminación del estudio Menguante.
Me parece precioso el diseño del mueble de la cocina, pero creo que no se penso de manera holistica en el, toda vez que no se tuvo en cuenta la salubridad por le contaminacion que pueda albergar la madera en sus fisuras propias del uso, ni la posibilidad de asearlo, sin que se produzcan manchas, que aunque son propias del uso, como se comenta, nadie quiere que en el corto tiempo, ya se noten
Podrían compartir la dirección de la «casa azul» donde se encuentra la exposición ?
Podrían compartir la dirección en Bogota de la «casa azul» donde se encuentra la exposición ?
Me gustaría saber si conocen algún otro espacio que sea de esta misma indole de diseño de interiores y arquitectónico