Arquitectura

Encanto urbano y eterno: así es el apartamento del diseñador Juan Montoya

Mónica Barreneche  / 
diciembre 9 - 2024
Encanto urbano y eterno: así es el apartamento del diseñador Juan Montoya
Este apartamento, adquirido por el diseñador en los años ochenta, es una combinación de materiales como mampostería, madera en flor morado y mármol guatemalteco, los que crean una atmósfera atemporal.

Este pequeño apartamento en Bogotá, una envolvente caja que encapsula la fascinante trayectoria del reconocido diseñador colombiano Juan Montoya, encarna la esencia misma de la atemporalidad.

La cotidianidad de un creador se ve reflejada en lo grueso de su obra, y la de este arquitecto, radicado en Nueva York, es rica en fundamentos e historias, además de que se caracteriza por un gusto exquisito. Montoya compró este apartamento en la década de los ochenta, cuando ya llevaba diez años en la Gran Manzana y tenía una prometedora carrera en el diseño de interiores. 

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Debido en parte a su ubicación, camuflada en lo más alto de la zona montañosa de la capital colombiana, supo entrever su potencial y transformarlo a su manera. “Originalmente, este apartamento constaba de un salón grande y una chimenea flotante, dos cuartos, cocina y dos baños, pero para mí, la chimenea y la alcoba extra estaban fuera de contexto, de mi contexto”, precisa Montoya. 

La renovación del apartamento

La totalidad del apartamento, con vista hacia la ciudad, está cubierta en muros y techos por un acabado en mampostería. “Un día, durante la remodelación, vi esa textura e inmediatamente dije: ‘¡Paren, esto me encanta!’, y así quedó desde entonces”. La madera en flor morado es una extensión de esta sensación de acogimiento. 

Apartamento diseño Juan Montoya

Sobre el área social, Montoya explica: “Me pareció sumamente enriquecedor reunir en un solo espacio una sala con un daybed del siglo XIX, dos elegantes poltronas victorianas en terciopelo para la lectura, un escritorio y un armario con puertas tapizadas en cuero que ocultara discretamente el televisor”.

Al destruir con el fin de crear, Montoya generó en este refugio urbano un diseño literalmente atemporal. “Han pasado varias décadas, pero no ha cambiado en forma radical. Sus muros en mampostería, los pisos en flor morado, y los baños en granito abujardado y mármol guatemalteco siguen intactos”, enfatiza. 

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