El objetivo del diseño de esta joyería fue convertirla en un brillo atemporal
Mateo Arias Ortiz, editor digital de AXXIS / enero 15 - 2025

La concepción de esta joyería —ubicada en el centro comercial Hacienda Santa Bárbara, en el nororiente de Bogotá— data de finales de la década de los ochenta. Probablemente, este sea el espacio con más años que destacamos en el presente especial, y hay una razón para ello: su diseño estuvo pensado desde ese momento para perdurar de manera atemporal. La idea principal era que el lugar reflejara el “arte de la joyería”.

Sobre el diseño de la joyería
El diseño original lo hizo el arquitecto Rodrigo Samper en 1989. Al respecto, Camilo Liévano —gerente de la Joyería Liévano— comenta: “Su visión y su dedicación al detalle lograron crear un espacio verdaderamente memorable, que ha dejado una marca en nuestra historia familiar y en la experiencia de nuestros clientes”.

Posteriormente, se hizo una ampliación en la que se reproducía el diseño de Samper, a cargo de los arquitectos Mario Enrique Vanegas y Juanita Gaona, de la firma Arquitectura y Ambientes, quienes tuvieron el reto de conservar el estilo que ya estaba planteado, a la vez que se privilegiaba la amplitud. Esto, justamente, es una prueba de cuán acertada fue la propuesta de Samper.

En el interiorismo hay una interacción entre la madera y la piedra. En el piso —de mármol brillante— hay un círculo negro, como una oscura piedra preciosa de una joya, que funciona como eje central del lugar, y luego las piezas de piedra de tonos terracota se cortan de diversas maneras para que giren alrededor de ese centro.

Este efecto se acentúa con las molduras del cielorraso y la ubicación de la iluminación, como si hubiera una correspondencia entre piso y techo.
Finalmente, están los muebles: bancas y mostradores de madera y cristal que tienen formas orgánicas.