Como el hogar: esta oficina en Bogotá tiene una calidez especial
María Juanita Becerra / marzo 19 - 2024

En la actualidad, se sabe que los entornos laborales influyen directamente en la productividad de las personas. Estos involucran aspectos relacionados con las condiciones de trabajo, como la cultura institucional, las posibilidades de ascenso y aprendizaje, y la remuneración económica.

Sin embargo, el espacio interior también tiene un efecto, pues de la sensación de bienestar que este ofrezca a los empleados dependerá en gran medida su capacidad de concentración y motivación. Y, en general, que les resulte agradable permanecer allí durante la jornada laboral.
De lo anterior se ha ocupado la psicología emocional-laboral, al igual que la arquitectura y el diseño. A este último ámbito pertenecen las compañías Casa Laverde y Verzo, que operan en estas oficinas.

“Recibimos el espacio en obra gris. Nosotros nos encargamos de la distribución, los acabados y el mobiliario”, explica el arquitecto Steven Giraldo Henao, socio de Verzo Arquitectos, firma encargada de acondicionar el lugar para su funcionamiento.
El diseño de la oficina
El inmueble donde se ubica el proyecto se encuentra en un sector neurálgico de Bogotá: la intersección de la carrera 15 con la calle 92, zona de gran afluencia de habitantes y extranjeros que rebosa de vitalidad urbana. De hecho, el cerramiento del edificio se inclina levemente —formando una diagonal—, con el propósito de aprovechar las visuales hacia el exterior.

“Para lo relacionado con el diseño empezamos a investigar y analizar los distintos modos de trabajo que existen actualmente, y llegamos a la conclusión de que factores como la conectividad, la flexibilidad y el dinamismo son esenciales hoy en día”. Para el arquitecto, aún hay oficinas que continúan sin favorecer las labores colaborativas o en equipo; solo rememoran la frialdad de los cubículos individuales del pasado.

Por lo anterior, procuraron brindarles a sus colaboradores un ambiente cálido y confortable, con el fin de hacer de esta oficina una extensión del hogar. En este sentido, apostaron por mezclar elementos de la escala doméstica y la laboral, buscando que el resultado fuera un espacio tan ameno como productivo.
Entre esos elementos está un largo escritorio en forma de L, que acoge varios puestos de trabajo y dirige la mirada hacia los cerros orientales y los árboles que recorren el eje de la 92, al tiempo que aprovecha la luz natural. Unido al borde externo del escritorio hay un sofá lineal que integra una sala abierta, destinada a reuniones con clientes o a conversaciones entre los profesionales de la empresa.

Otro elemento es la barra central, que en este caso sirve como un sitio propicio para la toma de decisiones creativas, pues alberga numerosas herramientas de trabajo, como planos y muestras de materiales. Y a propósito de materiales, los que sobresalen aquí son la chapilla roble flor morado —utilizada en algunas piezas del mobiliario, como biblioteca y escritorios, y la carpintería arquitectónica del cielorraso—, el microcemento —que reviste toda la superficie del suelo y los muros— y la piedra —apenas usada en la cubierta de la barra—.
Así mismo, un material esencial en la obra fue la luz, que aquí se convirtió en el elemento que dio vida a cada detalle y que ejecutaron de la mano de la compañía La Nuit Iluminación. En esta oficina implementaron un sistema de domótica avanzado, donde cada usuario es el director de su propio escenario, personalizando la intensidad y tonalidad de la luz para crear diversas experiencias.
“En este proyecto de iluminación cada rincón respondió a la esencia arquitectónica y a la versatilidad de los espacios. Luminarias lineales, rieles magnéticos y apliques decorativos se entrelazaron con la intención de componer un entorno que iba más allá de la estética convencional”, comenta César Ortiz, CEO de La Nuit Iluminación.

Por otra parte, “la cocineta, como en nuestra casa, es completamente abierta e integrada a la zona social, que aquí sería la de trabajo”, agrega el arquitecto. Así consiguen que esta sea algo más que un área de servicio, confiriéndole un valor colectivo porque se puede usar como otro espacio de reunión, aunque de carácter informal.
Si bien la oficina principal está perfectamente integrada al conjunto, dispone de un cerramiento de vidrio en caso de requerir privacidad. El sistema es lo suficientemente discreto para evitar que se perciba una división: se basa en una serie de paneles de vidrio que se pliegan a un costado cuando está abierta y se despliegan para formar un “muro” transparente cuando se necesita cerrarla.

“En esta oficina no existe la idea del puesto de trabajo, ya que debido a sus cualidades espaciales es posible trabajar desde el escritorio, la barra o incluso el sofá”. Pero eso no es todo: incluye sonido ambiental y proyección de última generación, que se controlan automáticamente desde el celular para modificar el ambiente. Con un diseño sencillo pero acogedor, logran que sus trabajadores se sientan como en casa.
Cinco puntos para destacar
1. Los asientos de trabajo son de la marca Herman Miller, las sillas auxiliares de Folies y el resto de los muebles los diseñaron los arquitectos responsables del proyecto.
2. Esta oficina es pet friendly, lo que aumenta todavía más la sensación de estar trabajando en casa.
3. La iluminación es cálida, compuesta por dispositivos de la compañía La Nuit.
4. Sobresalen algunos acentos de color azul, presentes en una serie de paneles de vidrio, que además sirven como tableros de trabajo.
5. La paleta de color es sobria, con miras a favorecer la concentración.