El trabajo del colombiano Diego Pérez Espitia y la austriaca Irmgard Reiter se ha caracterizado por un claro lenguaje digital. Arquitectos de profesión, fundaron hace un poco más de siete años el estudio que lleva sus apellidos. Sus diseños transfieren a lo tangible el pensamiento algorítmico de sus creadores.
RE-WRITTEN está compuesto por tres series de impresiones digitales resultado del proceso que utilizan para diseñar sus proyectos. “Esta serie de dibujos surgió de estudios para diseños arquitectónicos y de mobiliario, paulatinamente se transformó en una de nuestras líneas de trabajo”, comenta Diego Pérez. “Así como es el caso en nuestro trabajo en arquitectura, estos dibujos están basados en la idea de agregar muchos elementos que terminan formando organizaciones complejas, donde lo primordial son las relaciones entre ellos -más que los elementos en sí mismos. También comparten líneas temáticas con nuestros edificios y muebles, como la geología, estratigrafía, y el trabajo por capas, series y secuencias”, concluye el arquitecto.
En la serie Music, los fragmentos de tres piezas de Beethoven han sido analizados y codificados en un algoritmo. Por un sistema de reglas, Pérez Reiter dibuja música. Su algoritmo transforma la continuidad de una disposición paralela de líneas en una topografía compleja de sensaciones. Basados en los picos de frecuencia y el rango melódico de las piezas, crean un paisaje sonoro a través de un juego alegre entre la música, la escritura y la computación.
Por otro lado, en QUAKES las ubicaciones de los movimientos de las placas tectónicas que tuvieron lugar en la costa pacífica de las Américas, desde 2008 hasta 2013, se han codificado en un algoritmo escrito por los arquitectos. Con la administración rigurosa de los datos proporcionados por el algoritmo, dibujan miles de líneas que representan cómo el tejido de lo cotidiano se desgarra por violentos estallidos de energía. Las fuerzas masivas que se desarrollan a lo largo de esas 8 placas tectónicas se convierten en sutilezas en el lienzo, sus interacciones se transforman en líneas finas sobre un fondo blanco a medida que el cambio secuencial interrumpe el tejido constante y homogéneo de lo cotidiano. El tejido continuo del tiempo y el espacio se transforma en intensidades progresivas, junto con disturbios violentos. En algunos momentos, se estira, se rompe, se comprime y se pliega sobre sí mismo.
Algunas de las cualidades de los sismogramas permanecen en estos dibujos, aportando una dosis de rigor y una sensación científica. Al mismo tiempo, se logra una fuerte impredecibilidad: los gráficos meticulosos, precisos y nítidos se filtran mediante un enfoque estocástico, lo que permite que la representación de los datos codificados adquiera una nueva dimensión. Como es el caso del dibujo a mano, la riqueza del trazo de una línea que surge al sostener un bolígrafo se aborda ahora mediante las particularidades de un proceso mecánico, tanto en la escritura del algoritmo mencionado anteriormente como en el control modulado del proceso para quemar el lienzo. Estas no son líneas poco atractivas, están llenas de matices sutiles.
Finalmente, la serie Frases, toma una gran influencia del trabajo de Günther Uecker e Irma Blank. Desarrolla la noción de campo y lógicas asociativas entre elementos, en oposición a un enfoque orientado a objetos. Basado en el trabajo de Blank, hace referencia al acto de escribir, en un proceso creativo cuidadosamente elaborado. El resultado visual surge de la escritura real de un script de computadora que toma las formas de la letra de una frase escrita como entrada para reproducir un conjunto muy preciso de instrucciones. Transforman la continuidad de un patrón tejido, interrumpiendo su homogeneidad plana y constante. En una inspección minuciosa, alude a una sensación prolongada de manuscritos antiguos: el lienzo adquiere un color amarillento en el punto final de ciertos trazos y cuando varias líneas se unen. La frase inicial ahora está oculta bajo un velo de procedimientos geométricos que emergen como un enredo de líneas. Pérez Reiter ha expuesto estas piezas en espacios como: Onishi Gallery, Nueva York; Ying Gallery, Beijing y Casa Hoffmann, y las expondrá proximamente en Artrooms Fair, Londres y Agora Gallery, Nueva York.