Conozca estos 17 espacios diseñados por mujeres colombianas
Revista AXXIS / febrero 12 - 2025

La arquitectura y el diseño en Colombia han sido moldeados por grandes talentos femeninos que, con su visión innovadora, han transformado espacios y redefinido la manera en que habitamos el entorno.
En este artículo, exploramos algunos ejemplos de espacios diseñados por arquitectas y diseñadoras colombianas, evidenciando su capacidad para fusionar estética, funcionalidad y un profundo entendimiento del contexto.
1. Una casa armonizada por el mar
Esta casa, entre vintage y contemporáneo, reúne elementos disímiles con el propósito de “mantener el espíritu de autenticidad de quien habita los espacios”, una premisa que la diseñadora Miriam Márquez, responsable del proyecto, persigue a lo largo de su obra.

En este caso en particular, la diseñadora no solo debía materializar el espíritu de sus habitantes, sino armonizar con el entorno natural: las playas del golfo de Morrosquillo, en el municipio de Moñitos (Córdoba).

De ahí que su autora haya concebido una propuesta basada en prismas rectangulares abiertos hacia el exterior, configuración que contribuye a la ventilación cruzada, al tiempo que establece una conexión directa con el paisaje.
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2. Renovar con color
Esta casa, ubicada en el norte de Bogotá, pasó por un riguroso proceso de remodelación, pues se trataba de un sueño cumplido para la familia que la iba a habitar. Las arquitectas Jimena Londoño y Laura Escobar, de la firma Jotaele Arquitectura, encargadas de ejecutar esta obra, encontraron un balance entre su visión arquitectónica —donde el color es una de sus principales herramientas— y las necesidades y gustos de los clientes.

En el caso específico del baño, las arquitectas concibieron un ambiente “para los hijos de los propietarios, que aún son niños. Buscábamos evocar un lugar tranquilo y divertido para el momento de bañarse y lavarse los dientes. Un espacio amplio, de colores claros y, por supuesto, con la calidez que siempre ofrece la madera”, dice Londoño. Esta propuesta se aleja de las referencias infantiles, que se verían desactualizadas a medida que crecen sus usuarios.

En este baño, el enchape tipo brick subway llega a media altura de la pared, con un remate en bronce que da paso al color verde de las paredes. El mueble del lavamanos, con puertas de madera acanalada con pintura de poliuretano mate, está flotado para que la iluminación en su parte inferior resalte las texturas del piso en porcelanato.

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3. Una atmósfera ‘moody’

Las diseñadoras Alejandra Serna y Elisa Luque, fundadoras de Alelí Home Decor, realizaron el interiorismo de este apartamento en Bogotá. La sala, uno de los espacios que más atractivo estético generan, fue el escenario ideal para llevar adelante una serie de estrategias de diseño. “Aquí buscamos crear una atmósfera moody —o masculina— mediante el uso de una paleta cromática oscura y la mezcla de distintos elementos”, explica Luque.

Precisamente, el más significativo de esos elementos es la biblioteca, fabricada a la medida en madera flor morado y provista de iluminación indirecta en cada nicho. “La decisión de iluminar estos módulos responde al deseo de realzar la colección musical del cliente”, comenta la diseñadora. Así mismo, sobre la pared ubicada en dirección perpendicular a la biblioteca —revestida con paneles de madera color gris plomo — se encuentra una llamativa cava de vinos.
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4. Entre lo clásico y el ‘mid-century modern’

Este apartamento está situado en el nororiente de Bogotá, en un edificio que desde hace varias décadas está enclavado en sus montañas y en la vegetación que las caracteriza. Su renovación estuvo a cargo de Catalina de Guzmán, arquitecta bogotana con maestría en Diseño de Lujo en Florencia (Italia), cuya trayectoria incluye el desarrollo de múltiples proyectos de diseño interior, dirección de arte y producción de escenografías, así como sets de televisión y de ferias internacionales.

En la renovación mantuvieron las molduras, los elementos principales en madera, el mármol del piso del hall y el candelabro que flota en el centro, restaurándolos y volviéndolos a la vida. El comedor se complementó con un suelo nuevo de madera, instalado en espina de pescado, y pinturas en tonos pálidos, gris taupé en el vestíbulo y rosa viejo en el comedor, que resalta la imponente presencia de vegetación en el entorno.
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5. Una oficina con un diseño doméstico
“En este espacio fueron determinantes tres conceptos: sobriedad, versatilidad y calidez, propios de los ambientes residenciales, pero que quisimos incorporar a un entorno laboral. En pocas palabras: buscamos trasladar las cualidades del hogar a una oficina”, afirma la arquitecta Susana Garavito —fundadora de Basalto Studio—, autora del proyecto. ¿Cómo lo hicieron? La respuesta no es tan sencilla, abarca varios aspectos.

El primero es la iluminación: usaron lámparas con luz cálida —un tipo de luz que no es frecuente en los espacios de trabajo—, descolgadas sobre las mesas; spots dirigibles, dispuestos hacia las bóvedas de la cubierta con la intención de resaltar su geometría; iluminación directa sobre las plantas, y otras referencias de lámparas a la medida en la biblioteca.

El segundo aspecto, la distribución, se caracteriza por ser completamente abierta y flexible, para favorecer el trabajo en equipo, una práctica necesaria dentro del contexto de la empresa. Esto explica por qué no hay divisiones internas, sino módulos individuales agrupados en una gran mesa rectangular, una mesa de reunión, e incluso cómodos nichos donde conversar o atender una llamada y el tercer aspecto es el mobiliario, dominado por la presencia de dos grandes bibliotecas, cuya cara superior se adapta por completo a la curvatura del techo.
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6. Una circulación perfecta
“Este es un espacio creado para el uso de la familia, donde se integran varias actividades, como la zona de bar, la mesa del comedor y el área para ver televisión, todo esto conectado con la cocina”, comenta la diseñadora Carolina Castrillón, fundadora de CC Studio Design, firma que estuvo a cargo del interiorismo de esta casa en Ciudad de Panamá (Panamá).

Este proyecto residencial, de corte neoclásico, tiene un área de 742 metros cuadrados y 169 metros de terrazas —más las zonas de jardín y la piscina—. Para su interiorismo, Castrillón explica que quiso “trabajar con la premisa de la simetría y la buena proporción, donde los volúmenes de los muebles fluyen y los ambientes tienen esa ligereza alrededor. La arquitectura clásica, con ventanas francesas, nos ayuda a crear geometría, orden y ritmo”.

En todas las áreas de la casa sobresale el uso de molduras de corte francés en las paredes, estrategia que en la zona social se acentúa con los cielos con molduras en recuadros. “Esto le da simetría y balance, sin caer en excesos”, señala. En este ambiente, el mobiliario neoclásico en linos claros acaba de cerrar la propuesta.
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7. Un ambiente íntimo pero lleno de energía
El proyecto para renovarla y adaptarla a la nueva vida de sus habitantes estuvo a cargo de la diseñadora Catherine Moggio. El reto principal, aparte de mantener el espíritu original de la construcción —adaptado a los gustos y necesidades de una familia contemporánea—, fue realizar el diseño y la obra en menos de cuatro meses.

El lugar que ocupaba anteriormente el comedor se convirtió en un bar-salón de juegos: el sitio ideal para probar nuevas recetas de cocteles e invitar a los amigos a pasar un buen rato. “Es un espacio divertido y tal vez un poco alocado”, comenta la diseñadora.

El carácter de este bar-salón habla de un ambiente íntimo pero lleno de energía, gracias a los colores y texturas, con el verde esmeralda y el terracota como protagonistas. Su papel de colgadura de fibra natural en los muros, su cubierta tapizada con un papel floral de Phillip Jeffries y la lámpara con forma de palmera —que compraron en Casa Chiqui, en Cartagena— generan un espacio con mucha personalidad.
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8. Diseño con luz y color
“El apartamento estaba inicialmente en una paleta totalmente blanca, que no generaba ninguna emoción, más allá del uso del espacio. Por esto el cliente quería un diseño que presentara todas las áreas como un conjunto, en cuanto a materialidad, color y texturas”, explica la arquitecta Mónica Franco sobre la remodelación de esta vivienda, situada en el norte de Bogotá.

El objetivo del interiorismo propuesto por esta arquitecta es generar calma en sus habitantes y proyectar un lujo silencioso. “Teníamos que evocar una sensación de calidez y confort en espacios como la sala, para lo cual nos valimos de una paleta que combina los grises con los taupés y dorados —estos últimos, presentes en los revestimientos de los muros—”.

La elección de los materiales utilizados en esta reforma se hizo en dos etapas. Franco escogió, como primera medida, los que aportaran mucha luz al espacio, ya que el área era limitada, y con el fin de potenciar esa sensación de amplitud empleó también espejos de bronce y vitrinas para almacenar la cristalería —la iluminación LED dentro de estas realza el brillo y la transparencia del cristal—. Como segunda instancia, escogió para los tapizados del mobiliario colores grises y terracota, que dan más confort.
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9. Un apartamento con elementos que dan equilibrio
Tras la pandemia, una joven pareja decidió construir su casa con un propósito claro: crear un hogar donde se pueda permanecer a lo largo del día, sin tener la necesidad de salir. “Es increíble cómo la gente se sorprende al llegar al edificio, porque no se imaginan que en una construcción como esta, deslucida por el paso del tiempo, pueda existir un apartamento con estas cualidades”, comenta Susana Mejía, diseñadora y cofundadora de la firma Diamantina & La Perla, responsable de esta remodelación.

La sala se transformó en términos espaciales, retirando los muros que antes la mantenían confinada y restaurando el parquet de madera del piso original. “La remodelación fue relativamente sencilla. Se basó en eliminar el exceso de muros para permitir que el espacio fluyera y la luz natural ingresara al interior”. Y para potenciar las bondades de su arquitectura, recuperó los materiales de origen natural e incorporó otros —también naturales— que crean un balance entre el pasado y el presente.

El mobiliario de la zona hace eco de esa materialidad, usando piezas a base de cemento, madera y fibras naturales; además, predominan las formas sinuosas, como es evidente en la escalera metálica, que se curva levemente en uno de sus extremos, así como en la mesa de centro circular, apoyada sobre bases esféricas.
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10. Un lugar para la contemplación
“Este proyecto se centró en crear un espacio donde lo contemporáneo armonizara con la calidez de los materiales, buscando una atmósfera que invitara al descanso y a la contemplación”, explica Sofía Vera, diseñadora responsable del interiorismo y remodelación de este apartamento en Bogotá. Para lograrlo, recurrió al uso de la madera, textiles suaves y detalles artesanales, elementos que reflejan una conexión con lo natural, mezclados con muebles esculturales y líneas limpias que aportan sofisticación al ambiente.

En una esquina de la sala sobresale una lámpara de techo de Alta Estudio, firma fundada por el diseñador Alejandro Tapias, que “no solo ilumina el espacio, sino que introduce texturas artesanales que dialogan con la luz natural”.

La diseñadora de interiores utilizó formas curvas y materiales cálidos —como se aprecia en esta sala— para plantear esa fluidez visual, con el fin de componer ambientes acogedores que dialogan entre sí. “La paleta de colores neutros y naturales, con un pop of blue, junto a una selección cuidadosa de piezas claves, como el espejo con marcos pronunciados y el sofá a rayas, crea una armonía entre lo tradicional y lo moderno”. Este juego de texturas permite estructurar espacios con una estética sobresaliente, “sin necesidad de recurrir a tonos muy fuertes”.
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11. Estudio, sala y comedor que se integran
“Desde un comienzo, las visuales se pensaron como el foco de atención, por lo que el espacio se mantuvo lo más sobrio posible”, explica la diseñadora de interiores Marcela Cure sobre este proyecto en Santa Marta (Magdalena).

Para ello, manejó una paleta de colores neutra, a base de materiales de origen natural y de aspecto uniforme y ligero. Además, priorizó la iluminación natural, que proviene de los grandes ventanales que enmarcan el horizonte costero.

Una de las estrategias para integrar de manera armónica las tres áreas que componen esta zona (estudio, sala y comedor) fue la acomodación de muebles que albergan múltiples funciones, como esta biblioteca en forma de L, que se extiende a lo largo de la sala y el estudio y unifica ambos ambientes, aparte de que sirve como espacio de almacenamiento y aporta belleza, gracias a su materialidad cálida y su composición armoniosa.

“Esta biblioteca me permitió dividir y, a la vez, conectar la sala y el estudio, generando una imagen cohesionada y sofisticada”, agrega.
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12. Un gran vestido cuelga en este apartamento
“La ropa es lo que más feliz me hace. Por eso, la idea detrás de mi apartamento era crear una especie de museo, una galería de moda; quería que todas las prendas fueran parte de la decoración de la casa, pero sin que pareciera un gran clóset”, explica Eleonora Morales, empresaria y coleccionista de moda, sobre el interiorismo propuesto en su hogar.

Por las características del edificio que lo contiene, en este apartamento hay un uso mayoritario del ladrillo a la vista, lo que representó un reto para Eleonora, pues tanto en la moda como en la decoración gusta del color. “En la sala pusimos tonos muy vivos para contrastar con ese material, como el púrpura de los sofás o el azul y amarillo de un jarrón muy grande. El color une toda la casa”.

Eleonora aprovechó la doble altura de este ambiente para colgar de la cubierta un vestido hecho para ella por el diseñador Jorge Duque para la Gala Mambo de 2022 —inspirado en la reconstrucción de su columna—, gesto que transforma esa pieza en una obra que flota con gracia sobre el espacio. Así mismo, en el segundo nivel, una pasarela metálica conecta a un rack donde se exhibe una parte de su colección de moda.
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13. El arte como punto focal del diseño
Los dueños de este apartamento querían vender la propiedad para mudarse. Junto con el arquitecto Miguel Soto, Carolina Puerto consiguió hacer una adecuación del espacio para darle un segundo aliento, logrando convencer a sus habitantes de quedarse. Predomina el uso del cuero y del color taupé en las superficies de la carpintería y en el mobiliario, esto imprime al proyecto una atmósfera serena.

La importante colección de arte de los propietarios es el centro de todo, desde la habitación principal hasta la escalera, pasando por el baño, que se concibe como un ambiente social, casi como un pequeño salón donde agua y obras conviven.

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14. Una cocina con uso de pocos materiales
El estudio antioqueño Diseño y Espacios, liderado por la diseñadora de interiores Paula Luna, se encargó de crear esta cocina con el propósito de equilibrar la presencia de los electrodomésticos en un ambiente rodeado de vegetación. Así, la geometría de formas sencillas y el uso de pocos materiales y de colores oscuros aportan un sentido de sosiego, donde la luz dibuja sombras sobre las superficies.

El reto principal consistió en diseñar en paralelo una segunda cocina auxiliar y entender las funciones específicas de cada una. Para esto hubo necesidad de hacer un estudio de los flujos y logísticas asociados a tener dos áreas de preparación de alimentos, pero supuso además para sus diseñadores jerarquizar el proyecto en función de su relación con el ambiente social de la vivienda.

En este proyecto, el diseño del mobiliario fijo y las condiciones del espacio llevaron a enfocar todos los esfuerzos en controlar y sintetizar la diversidad de acciones —tanto funcionales como lúdicas— que se llevan a cabo en un ambiente como la cocina.
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15. La sensación de resguardo
“El diseño de esta sala fue una experiencia inspiradora, motivada por el deseo de los clientes de crear un espacio armonioso que complementara la estética general del mobiliario de la vivienda. Este ambiente debía ser un rincón más privado, separado sutilmente por puertas de vidrio con retícula, para permitir visibilidad pero sin perder esa sensación de resguardo”, afirma la interiorista Susana Acosta, fundadora de la firma Sax Design, quien se encargó del diseño interior de este apartamento en Medellín.

La colección de libros de gran formato de la editorial Assouline, de propiedad de los dueños del apartamento, tiene un lugar especial de exhibición: “Diseñé un mueble a la medida con iluminación integrada, pensado específicamente en estos seis libros. Cada uno de ellos, seleccionado con cuidado, aporta distintas historias y temas que reflejan la esencia de la familia, y enriquece el espacio con diversidad de tonos y contrastes”, explica Susana Acosta.

Una planta entrega el toque de verde como remate de este ambiente, mientras las cortinas de lino tamizan la entrada de luz natural, a la vez que aportan una sensación de calidez. “En conjunto, cada detalle contribuye a crear un espacio armónico, elegante y lleno de personalidad”, asegura.

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16. Un bar que revive los años veinte
Comodidad, lujo y una iluminación controlada son algunas de las características que identifican al bar 1920, ubicado en la zona T de Bogotá y diseñado por la firma Ouart Studio, fundada por la arquitecta Ángela Rodríguez Huertas.

Para este bar, utilizaron siete toneladas de piedra natural. Por ejemplo, en el espacio central de 1920 predomina el Onyx, mármol que la arquitecta eligió por ser traslúcido y por permitir el manejo de la iluminación a través de este material. Esto le da “fuerza a la barra principal, un ambiente relevante para la propuesta por su carta de cocteles”, explica.

En el otro extremo se encuentra una medialuna que enmarca el VIP, compuesto por un piso en Onyx miel mate, instalado para dar un acabado diferente al área, sin dejar de lado su relación con el resto de las zonas. En este espacio está la barra del DJ, que reproduce las formas, materiales y manejo de la luz del bar central.
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17. Entre el pasado y el presente
Situado en la calle 74 con carrera 5 de Bogotá, el nuevo bar de la sede del Jockey Club representa un verdadero homenaje a la historia y elegancia del establecimiento, al tiempo que abraza la modernidad.

Adecuado, decorado y amoblado por Verónica Parra y Laura Urrutia, el espacio se erige en un edificio contemporáneo —obra del arquitecto Carlos Campuzano—, que respeta la casa original de estilo inglés del siglo XIX. Esta fusión arquitectónica establece una experiencia donde lo antiguo y lo nuevo coexisten en armonía.

La vivencia del lugar es envolvente. Al ingresar al bar, los visitantes se ven inmersos en un ambiente cálido e informal, diseñado para fomentar la interacción social. La fluidez entre el edificio moderno y la casa histórica se logra mediante una disposición estratégica de los muebles, que invitan a los socios a disfrutar de la colección de publicaciones de Villegas Editores. Esto no solo enriquece el espacio, sino que celebra la rica trayectoria del Jockey Club, además de que crea un vínculo tangible entre el pasado y el presente.
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