Todo el trabajo de interiorismo fue desarrollado por la diseñadora española Lara Pujol, que a sus escasos 25 años, es la coordinadora de proyectos del estudio de Fernando Salas, un reconocido diseñador de interiores de Barcelona.
Su propuesta para esta transformación fue clara: crear un espacio limpio, neutro y continuo donde la luz, uno de los mayores desafíos, por encontrarse en un primer piso, era una prioridad. “Intentamos potencializar la luz natural al máximo, por este motivo todos los cerramientos paralelos a las fachadas se proyectaron de cristal transparente y translúcido. De esta manera, y gracias a los techos altos y las tonalidades blancas y claras que elegimos para el loft, la luz fluye de extremo a extremo a través del espacio”, explica Pujol.
Otro requisito clave era generar la sensación de continuidad y unidad en la vivienda, pues su forma larga y angosta así lo requería para reforzar el efecto de amplitud.
Así que el mueble de la cocina se prolonga hasta el comedor, atraviesa la única habitación y termina en el estudio permitiendo aprovechar al máximo el pequeño espacio, pues 20 metros pertenecen a un patio privado.
Esto permitió también, liberar todo el lado opuesto y dejar un frente limpio y tranquilo. Los elementos divisorios cumplen la misma función y conservan una mínima franquicia de separación entre techo y suelo, como una cuestión de “respeto entre los materiales y los cambios de direcciones entre ellos y los volúmenes”, señala la interiorista.
“A nivel de acabados quise dejar dos elementos como vestigio del pasado; un antiguo pavimento de mosaico hidráulico replanteado en cuatro alfombras, y unas vigas de madera en el techo acabadas en esmalte blanco”.
Mobiliario funcional y coherente
Todos los armarios fueron fabricados y diseñados a la medida, el resto de los accesorios y muebles en tonos claros y transparentes fueron adquiridos en IKEA y guardan una evidente armonía y simetría entre ellos.
En cuanto a la iluminación, se implementaron focos cilíndricos de superficie en color blanco de la casa Kronn, luces empotradas en el techo y regletas de fluorescencia que permiten que la luz pareja genere ambientes claros y cálidos, a lo que Pujol concluye, “creo que el diseño interior de un espacio tiene que ser coherente en su conjunto, funcionar bien y ser bonito estéticamente para que el que lo habita lo viva y lo disfrute”.