Homenaje a la democracia
Fotografía: Roman Maerz, cortesía Documenta 14 Texto: Rodrigo Orrantia / agosto 23 - 2017

La reciente edición de Documenta 14, en Kassel, Alemania, reúne lo más importante del arte contemporáneo en una muestra en la que participan más de 130 artistas de diferentes países. Este año, una obra se destacó por unir historia, arte y arquitectura: El Partenón de los libros, de la artista argentina Marta Minujín (1943-presente). El trabajo de Minujín obtuvo reconocimiento mundial al referirse y enfrentar la situación política de su país durante la dictadura argentina (1976-1983), cobrando gran importancia tras la caída de la junta militar. Ahora, a sus 74 años, está más vital que nunca.
Este edificio –la reconstrucción del Partenón griego– mide 70 metros de largo por 30 de ancho y 20 de alto, y es la nueva versión de una instalación que Minujín hizo hace más de veinte años para festejar el regreso de la democracia a Argentina, en 1983. En ese entonces construyó la estructura en la avenida 9 de Julio, en Buenos Aires, con libros que habían sido decomisados y prohibidos por la junta militar. La versión actual del proyecto utiliza libros que fueron prohibidos por el régimen nazi. Las 48 columnas están construidas a partir de una estructura de andamios y tienen una piel hecha con textos empacados al vacío de manera individual. A su vez, cada una está formada por más de 1.500 títulos recolectados por la artista o donados por personas de diferentes partes del mundo.
En la página oficial de Documenta 14 está el registro completo de los libros prohibidos, con más de 70.000 títulos, entre los que se encuentran grandes clásicos como Don Quijote de la Mancha, Alicia en el país de las maravillas y El principito. La lista de autores es también extensa, entre los nombres notables están pensadores como Sigmund Freud y Karl Marx, también escritores como Federico García Lorca, Ernest Hemingway y George Orwell.
El lugar escogido por Minujín para construir su Partenón es la Friedrichsplatz, donde al comienzo de los años treinta el régimen nazi quemó miles de libros que atentaban contra su visión de una Alemania pura. Más de ochenta años después de las atrocidades fascistas, la artista argentina vuelve a este sector para reconstruir un templo perdido, con los mismos títulos destruidos décadas atrás. En una entrevista reciente se refirió a esta obra como un homenaje a la democracia, un símbolo de resistencia ante regímenes políticos que censuran y atentan contra la libertad de expresión.