J Albornoz, la marca colombiana con los mejores pisos de madera cumple 30 años
Revista AXXIS / marzo 16 - 2022

Esta historia comenzó en un local en la calle 85 con carrera 14, norte de Bogotá. Allí José Albornoz montó, en 1992, el primer showroom de la compañía que lleva su nombre: J. Albornoz. “En ese punto nos fue muy bien hasta que llegó la crisis de la construcción en 1998. Fueron momentos difíciles”, recuerda su hijo Marcelo, director de la empresa.
Durante esos años la compañía se dedicó a la comercialización de pisos de madera nacionales. Solo vendía cuatro referencias: granadillo, sapán, guáimaro e incienso. “Eso ocurría en todo el país, no había laminados, vinilos, estructurados y mucho menos importados”. Su primer vínculo con firmas internacionales surgió en 2004, cuando trajo a Colombia la representación de Bona, marca sueca especializada en productos para la protección de la madera, como lacas y selladores. Era el complemento perfecto para los pisos nacionales.
Unos años después, en 2010 y con Marcelo como director, J. Albornoz se vuelve representante exclusivo para Colombia de varias firmas internacionales de pisos de madera, laminados, vinilos, estructurados y decks de PVC. “En ese momento la tendencia cambia y las personas buscan productos en los que se vean más las vetas, los nudos y los poros. Quieren algo con una apariencia más natural, pero a la vez resistente y fácil de mantener”. Así suma a su portafolio Quick Step, de Bélgica; Castro Wood, de Portugal, y Baltic Wood, de Polonia. Deja atrás los años de la producción nacional para estar en sintonía con el cuidado de nuestros bosques. En ese momento se da el relevo generacional en la empresa. “Mi padre estuvo en el momento nacional; cuando entré comenzamos con la etapa internacional”, explica Marcelo. No obstante, José Albornoz mantiene un papel activo como gerente general.
Para la celebración de sus tres décadas de historia, la firma planea realizar un cambio de imagen –que lanzará en abril–. La nueva cara corporativa representa su origen familiar, pero a la vez demuestra un futuro en manos de las nuevas generaciones –tanto las presentes como las venideras–. Pasará de llamarse J. Albornoz a, simplemente, Albornoz. ■
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