La transformación de un apartamento bogotano de materiales cálidos y colores neutros
Maria Juanita Becerra / septiembre 29 - 2021

Un venturoso encuentro entre materiales cálidos y colores neutros resume la imagen de este apartamento, ubicado en el norte de Bogotá y renovado recientemente por el arquitecto e interiorista Julián Molina. “Este proyecto, si bien consiste en una remodelación, no estuvo motivado por la antigüedad del inmueble o la conveniencia de adaptar la distribución a nuevas dinámicas de vida, sino por la importancia de que sea un espacio con identidad, que responda a las necesidades e intereses de sus habitantes”, afirma.

De hecho, el edificio fue construido hace –relativamente– poco tiempo. Sin embargo, el inmueble original no logró satisfacer las expectativas de los dueños en lo referido a la calidad de los acabados y la estética del conjunto, razón por la que decidieron reformarlo. Inicialmente pensaron solo ampliar el clóset y modificar la chimenea, pero luego de haber realizado ambas intervenciones resolvieron transformar por completo el apartamento. Esta remodelación es producto de una serie de microproyectos que se suman para conformar un todo armónico.

“La fluidez espacial constituye una de las premisas esenciales, de ahí que hayamos procurado eliminar toda clase de divisiones entre las áreas y hacer que los cerca de 140 metros cuadrados que lo componen se lean como una unidad”. Otro aspecto clave en la búsqueda por fusionar el clóset y la chimenea, resalta la doble altura de la zona social y la vista del paisaje urbano exterior. Tal operación fue bastante compleja, pues requirió que dentro de un mismo objeto se articularan diferentes funciones: la chimenea es, además, un mueble donde se alojan una cava de vinos y varios dispositivos tecnológicos. Así, no solo reúne un gran número de actividades que los dueños disfrutan, sino que se funde con el armario mediante una celosía de madera grafilada. Y su tamaño, de grandes proporciones, obedece tanto a la profusión de requisitos que cumple, como al espacio que lo contiene: “Aquí hay una apuesta por manejar la escala de una manera consciente.


Por ello, el volumen de los elementos que componen la arquitectura y el diseño interior fue pensado según las dimensiones del espacio, y no arbitrariamente”. La distribución espacial consta de dos niveles. El primero contiene la zona social –cocina, comedor y sala–, y el segundo el área privada –habitación principal–. La relación entre ambos se da a través de un enorme vacío, en cuyos extremos están un ventanal de gran tamaño y la chimenea que se extiende hasta el clóset, para enfatizar la verticalidad y aportar toques de sofisticación.

La paleta cromática, que varía apenas entre el blanco y el negro, fue un requerimiento de los dueños. Los acentos de color están determinados por piezas decorativas, como cuadros y objetos vistosos. Predomina, así, una estética sobria e incluso ecléctica que, despojada de lo accesorio o meramente ornamental, consigue una calidez digna de imitar. ■


Cinco puntos para destacar
*Las escaleras flotantes transmiten una sensación de ingravidez y levedad.
*El muro de ladrillo a la vista fue parte de la segunda fase de remodelación, en la que se reemplazó buena porción de los acabados originales.
*Los dos niveles se comunican a través de un espacio a doble altura donde se encuentra la sala.
*Para hacer de la chimenea y el clóset un mismo elemento fue necesario que el arquitecto resolviera un sinnúmero de cuestiones de orden técnico, como la ubicación de los ductos de ventilación.
*El espejo que remata el acceso a las escaleras amplía la perspectiva visual.
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Felicitaciones hermoso de todo mi gusto