Estudio, sala y comedor se integran en este apartamento en Santa Marta
María Juanita Becerra / diciembre 5 - 2024
“Desde un comienzo, las visuales se pensaron como el foco de atención, por lo que el espacio se mantuvo lo más sobrio posible”, explica la diseñadora de interiores Marcela Cure sobre este proyecto en Santa Marta (Magdalena).
Para ello, manejó una paleta de colores neutra, a base de materiales de origen natural y de aspecto uniforme y ligero. Además, priorizó la iluminación natural, que proviene de los grandes ventanales que enmarcan el horizonte costero.
El diseño ejecutado por Marcela Cure
Una de las estrategias para integrar de manera armónica las tres áreas que componen esta zona (estudio, sala y comedor) fue la acomodación de muebles que albergan múltiples funciones, como esta biblioteca en forma de L, que se extiende a lo largo de la sala y el estudio y unifica ambos ambientes, aparte de que sirve como espacio de almacenamiento y aporta belleza, gracias a su materialidad cálida y su composición armoniosa. “Esta biblioteca me permitió dividir y, a la vez, conectar la sala y el estudio, generando una imagen cohesionada y sofisticada”, agrega.
En ese sentido, el mayor reto consistió en lograr integrar fluidamente el estudio —que requiere cierto grado de privacidad y una alta concentración— con la sala, que es de carácter social y debía alojar un televisor.
“Pensando en preservar el componente funcional de ambos espacios, dispuse un nicho específicamente para el televisor dentro de la biblioteca”. Así, es posible combinar los aspectos funcionales y estéticos, sin ir en contra de uno u otro.
Con gran libertad, este espacio es capaz de unificar distintos ambientes y poner en un mismo escenario usos tan disímiles como trabajar y ver televisión.