Arquitectura para arquitectos: así son las oficinas de este estudio de diseño
Natalia Pedraza Salamanca, periodista de AXXIS / abril 16 - 2025

Con una atmósfera que evoca el confort del hogar, estas oficinas proponen una nueva forma de habitar lo laboral: con calidez, apertura y promoviendo el sentido de pertenencia. Diseñada desde adentro hacia afuera, el proceso creativo que dio forma a esta obra fue colectivo.

De este modo, para realizar el diseño de los espacios, el estudio de arquitectura TARQ optó por una construcción identitaria desde la participación. Por ello, según Eduardo Torrente, fundador de la firma, este proceso “lo desarrollaron profesionales que han estado estrechamente ligados a las decisiones artísticas de cada detalle y son los que aportan la identidad del espacio más allá de una marca”.

Este detalle define el proyecto. Es la manera en que la que el diseño se convierte en una extensión de quienes lo habitan. Cada integrante de TARQ tuvo voz en los workshops de planeación y es precisamente esa participación la que le dio alma al espacio. Aquí, el diseño no es solo autoría, es pertenencia.

Así que la inspiración de las oficinas partió de la sensación de sentirse en casa. Y ese principio se tradujo en cada rincón. Por ejemplo, los mobiliarios fueron herramientas que evocan el confort espacial e informal de la interacción y el bienestar cotidiano.

Detalles del diseño de las oficinas

Como eje rector del proyecto, el concepto arquitectónico fue open space. Esta decisión respondió a la dinámica de TARQ como firma multidisciplinaria, en la que el trabajo entre equipos requiere comunicación constante y fluida. Así, la distribución permite no solo el intercambio de ideas, sino también el acceso inmediato a muestras, mármoles, textiles y demás materiales que acompañan el proceso creativo diario.

Los materiales seleccionados en esta obra —maderas cálidas, textiles vibrantes y toques de color en la tapicería— refuerzan la intención de generar una atmósfera viva y cercana. Así se puede evidenciar en las fotos (cortesía de Simon Bosch Photography). No hay dramatismos ni exhibicionismos; en cambio, hay honestidad en los acabados, funcionalidad en los objetos y un detalle constante a lo humano.

Cuando se le pregunta a Torrente por su rincón favorito, la respuesta es clara: “Todos. No hay ningún espacio que me guste ni más ni menos.” Una afirmación que confirma que cada metro cuadrado fue pensado para vivirse con igual intensidad.

Estas oficinas no solo reflejan su filosofía como estudio: la encarnan. Son un lugar donde el diseño no se impone, sino que acompaña. Donde el trabajo se hace en comunidad. Y donde estar, simplemente, se siente bien.