Conozca esta increíble residencia de 4 X 30 metros
Fotografía: Fran Parente. Texto: Mauricio Gaviria. / mayo 25 - 2014
Para los arquitectos brasileños Clara Reynaldo (CR2 Arquitetura) y Lourenço Gimenes (FGMF Arquitetos) todo empezó como un reto. El lote al que se enfrentaban era muy estrecho, solo tenía cuatro metros de ancho por treinta de profundidad y, además, estaba enclavado entre dos casas ya construidas. En Jardín Europa, un barrio residencial de São Paulo que se caracteriza por sus cuidadas zonas verdes y residencias que ocupan grandes lotes, lo suyo sería una excepción.
Para generar allí un proyecto que cumpliera con tres premisas básicas –amplitud, ventilación y luminosidad–, investigaron la arquitectura de pequeñas casas japonesas y holandesas que habían sido construidas en condiciones similares. Solo así, dice Clara Oliveira, “obtuvimos la seguridad de que sería posible aprovechar el poco espacio de manera creativa”.
Concibieron entonces una casa conformada por dos bloques separados por un jardín central que baña con luz todos los espacios internos. El bloque más grande tiene dos plantas: en la primera están la sala de estar y la cocina, y en la segunda, las habitaciones y los baños. Hacia el fondo, el bloque más pequeño contiene la lavandería, el estudio y la escalera que da paso a una gran terraza.
Distribución creativa
Según sus autores, esta propuesta “no obedece al estereotipo de la familia de clase media paulista, pues recurre a espacios integrados y elimina otros considerados obligatorios”. Y es que la Residencia 4 x 30 enmarca la cocina y la sala en la misma área, además, prescinde del espacio tradicional reservado para el comedor. Esta distribución, en la que el ingreso a la casa coincide con la cocina, los enfrentó a un nuevo reto creativo: ¿cómo aislarlas?
Rebajando en 75 centímetros su nivel, la cocina se presenta a los ojos del visitante de una manera poco común. Esta diferencia de alturas demarcó el pasillo que atraviesa toda la casa y que constituye su eje de circulación. Además, generó lo que sus arquitectos describen como una “extraña continuidad”: el piso de la sala se extiende sobre la mesa del comedor; se creó una mesa-piso que integra ambos espacios y los proyecta hasta el patio.
Adornado por un jardín colgante, el patio es el punto central de la casa por dos razones. Primero, porque durante todo el año permite el paso de abundante luz. Y, segundo, porque por allí circula aire a los diferentes espacios. Por eso, solo se le instalaron puertas de vidrio retráctiles; en invierno, la malla externa que protege la fachada del poniente se puede retirar para aprovechar mejor el calor del sol.
Complementando esta zona abierta, el área superior de la casa se adaptó como amplia terraza de disfrute adornada con una franja de ecotecho.
Con espacios limitados para lucir obras de arte sin minar la luminosidad conseguida, la única gran pared que recorre toda la casa es en sí misma una obra de arte. Se trata de un panel de ladrillo hidráulico elaborado por el artista paulista Fabio Flaks y que evoca “un rasgo característico de la arquitectura moderna brasilera”. Esta gran pieza, que trasciende la fachada de la casa, se ofrece como parte del paisaje urbano.
La estructura de la casa es simple, consta de vigas metálicas apoyadas en pilares empotrados en las paredes laterales. En cuanto a materiales, las paredes son de yeso y placas de cemento; el cielo raso es de madera; el pasillo de la segunda planta de malla, de metal, y los pisos están recubiertos con placas de goma o resina. “Los materiales usados son tan reciclables como la casa misma”, señalan sus arquitectos. Y concluyen: “En conjunto, es una casa de construcción eficiente, rápida y precisa, sin desperdicios”.