Imponente y acogedora: así es esta casa de contrastes perfectos
Camilo Garavito / abril 28 - 2025

Rodeada de montañas y vegetación, en un entorno privilegiado en la sabana de Bogotá, la casa El Refugio fusiona una arquitectura de líneas contemporáneas con la calidez de un hogar. Diseñada por Solero Studio, en esta vivienda de 234 metros cuadrados se entrelazan la luz y los materiales para plantear un ambiente funcional, acogedor, cálido y sofisticado, buscando un equilibrio entre una arquitectura sólida y de líneas contundentes y unos acabados suaves que apelan a lo sutil; todo esto genera una atmósfera que invita a la relajación, mientras se disfruta de la belleza natural que la rodea.

Uno de los objetivos fundamentales del diseño fue lograr una conexión fluida con el entorno natural y los intensos verdes de la sabana, integrando la vivienda con el paisaje. La luz desempeña un papel clave en este proceso, ya que entra generosamente a través de ventanales de gran formato que amplifican la percepción del espacio y establecen un vínculo visual constante con la naturaleza exterior.

“La paleta de colores y materiales elegidos está pensada para generar una sensación de serenidad y calidez —explican desde Solero Studio—. Los tonos neutros predominantes en los acabados, como el beige y el taupé, aportan un aire de calma a los espacios, mientras que los acentos en negro y café refuerzan el carácter y la profundidad del diseño”.

La madera flor morado, utilizada tanto en mobiliario fijo como en las celosías, repisas y muebles empotrados, se erige como la protagonista del diseño. Sus vetas y texturas pronunciadas aportan un lenguaje visualmente interesante y elegante, que contrasta de manera armoniosa con las estructuras metálicas de color negro y las líneas y superficies limpias y homogéneas que plantea la arquitectura.

En la elección de los textiles también se sigue este principio: dar la sensación de calidez para contrarrestar el frío de la sabana, y buscar la armonía y el equilibrio en el diseño. Telas como el lino y la lana, en tonos neutros, se complementan con acentos de terciopelo y cuero, agregando dinamismo y personalidad al ambiente. Las alfombras de fibras naturales refuerzan la conexión con el entorno, al tiempo que crean una atmósfera orgánica y cálida dentro de la vivienda.

El diseño de la casa
Pensada para una familia de cuatro personas, la casa está distribuida para ofrecer tanto comodidad en la vida diaria como versatilidad para tener invitados. Al ingresar, un cálido y amplio recibidor da la bienvenida a los visitantes, marcando el tono acogedor de la vivienda. Este espacio de entrada establece la atmósfera del hogar, un sitio que invita a disfrutar y relajarse.

El área social se compone por un salón con amplias visuales sobre el jardín, que se fusiona con el comedor para crear un ambiente abierto y fluido. La cocina, con una isla central, se integra completamente al espacio, lo que permite que haya una interacción cercana entre quienes la usan y quienes disfrutan de la sala o el comedor, promoviendo la unión entre los miembros de la familia y fomentando la convivencia en un lugar amplio y luminoso.

El family room se pensó como un espacio versátil. Su mobiliario modular se puede adaptar para modificar el ambiente según se requiera, lo que le otorga una gran flexibilidad. En cuanto al corredor del primer piso, se aprovecha como home office y como zona para exponer obras de arte, lo que no solo maximiza el uso del área, sino que también le concede un toque de sofisticación.

El trabajo de Solero Studio en el proyecto incluyó el desarrollo de la obra civil, el mobiliario y la decoración, lo que permitió tener un enfoque integral en el que se tomaron en cuenta todos los elementos que componen el hogar, buscando encontrar siempre la armonía visual y funcional. La arquitectura y el interiorismo se complementan con piezas decorativas en piedra, cerámica, accesorios de hierro y lámparas con pantallas de lino, que crean un diálogo con el estilo moderno-industrial de la casa, sin recargar los espacios.

En conjunto, El Refugio apela a la armonía y a la integración con su entorno, a la vez que ofrece un espacio cálido, funcional y adaptable a las necesidades de sus habitantes, dando la sensación de hogar. La interacción entre lo industrial y lo natural, lo imponente y lo acogedor, hace de esta casa un refugio donde arquitectura e interiorismo se despliegan para lograr un equilibrio que permite relajarse y disfrutar de su lugar de implantación.
Cinco puntos para destacar de esta obra
1. La vivienda está diseñada para integrarse con el paisaje de la sabana de Bogotá, aprovechando la luz natural y las espectaculares vistas gracias a grandes ventanales.
2. La arquitectura de líneas modernas se combina con materiales cálidos y acabados suaves para generar una atmósfera de serenidad, sofisticación y confort.
3. Emplean tonos neutros, madera de flor morado, hierro negro y textiles como lino, lana y terciopelo, para plantear una estética cálida y orgánica.
4. La casa está pensada para una familia de cuatro miembros, con espacios amplios, integrados y adaptables, que favorecen tanto la convivencia diaria como la recepción de invitados.
5. Al desarrollar desde la obra civil hasta el mobiliario y la decoración, el proyecto asegura la cohesión visual y funcional entre arquitectura, interiorismo y objetos decorativos.
Muy bella