Conozca el encanto de estos suburbios inmersos en la naturaleza
Revista AXXIS / junio 22 - 2021
Diseñada para una pareja y sus dos hijos por la firma canadiense Chevalier Morales, la Residence de l’Isle es una reinterpretación de las casas modernas estadounidenses de mediados del siglo XX. Esta vivienda unifamiliar, construida a orillas de un río en los suburbios del norte de Montreal, Canadá, es el resultado de una “conversación arquitectónica” con el trabajo de diseño de esa época. Escondida detrás de una hilera de pinos altos, su ubicación permite que la vegetación natural existente se convierta en parte integral del proyecto, al tiempo que optimiza las visuales hacia el agua.
Al revisar de una manera contemporánea algunos elementos arquitectónicos clave del movimiento moderno, los arquitectos reinterpretaron la geometría del piso y los techos, así como los muebles de madera y el revestimiento de mampostería. El garaje, símbolo de una época en la que los suburbios y los automóviles rimaban con progreso y entusiasmo, está directamente integrado a la casa, que a su vez forma un cuadrado perfecto.
La cuestión de la privacidad versus las aberturas, crucial en la década de 1950, permite una respuesta que crea dos patios rectangulares. Estos se insertan en el volumen para traer luz natural al corazón de la residencia, al tiempo que integran el patio trasero y la piscina. Estas áreas al aire libre, que surgen de la masa inicial, también sirven para definir y estructurar la geometría del espacio interior del proyecto. Por lo tanto, la vivienda, en contacto con un ambiente exterior ordenado, pone en primer plano el entorno, que permanece intacto más allá de los límites de la casa.
La ubicación de la residencia permite usar las disposiciones preexistentes del terreno y conservar gran parte de los árboles. Como complemento, los arquitectos plantaron grandes coníferas en el corazón del primer patio ajardinado que proporciona el acceso vehicular. La distribución programática de los espacios interiores toma en consideración la relación con la calle y el río, la orientación solar y las necesidades específicas de los habitantes.
El eje norte-sur del proyecto alberga los espacios privados, mientras que los ambientes sociales, distribuidos a lo largo del río, proporcionan un fuerte vínculo con la evolución del paisaje circundante. La posición del garaje permite minimizar la presencia de la vivienda en la calle, al tiempo que marca la entrada principal –que respeta el acceso preexistente, para mitigar el impacto en el sitio y su entorno natural–. La abundante vegetación brinda privacidad a los residentes y ofrece un contexto verde para el vecindario.
Una paleta de materiales, en juego con el color de la corteza de los árboles, permite integrar la nueva construcción al entorno. Los arquitectos dieron preferencia al ladrillo, la madera y la piedra. Sin embargo, también están presentes los acentos de latón y revestimientos de metal. En la fachada frontal, un gran ventanal genera un flujo visual a través del río al tiempo que acentúa la sensación que otorga el pabellón.
El mezanine, que permite a los propietarios beneficiarse de una vista adicional al río, sirve también para resaltar la composición y romper la horizontalidad de la casa. Algunas áreas del techo están cubiertas con una membrana granular blanca, mientras otras, que han sido ajardinadas, ofrecen un ambiente verde y templado para este nivel. El énfasis general da un enfoque de diseño sostenible que se mejora mediante la incorporación de pozos geotérmicos, que proporcionan calefacción y ventilación a la residencia.
La firma canadiense Chevalier Morales reinterpreta la arquitectura de mediados del siglo XX para componer una propuesta contemporánea, en la que la naturaleza lo es todo. Sus grandes ventanales de piso a techo permiten ver los cambios de la vegetación a lo largo del año, mientras el sol baña sus áreas. En esta casa el entorno es tanto el eje como la inspiración. ■