Una casa de forma geométrica diseñada para el descanso familiar y que posa alrededor de un frondoso bosque
FOTOGRAFÍA: NACASA & PARTNERS, CORTESÍA KLEIN DYTHAM ARCHITECTURE TEXTO: RODRIGO TOLEDO / abril 20 - 2021

Una de las dimensiones más importantes de la arquitectura es su condición utilitaria. Los edificios tienen un objetivo, son habitados y usados según maneras específicas de funcionar y generalmente están al servicio de la eficiencia espacial, económica y técnica.
No obstante, en ocasiones el encargo del proyecto surge desde un aspecto lúdico, en el que no necesariamente se requiere lo más efectivo, sino lo más divertido. Ese es el caso de este club house construido en la prefectura de Tochigi, en Japón, diseñado por la firma Klein Dytham Architecture –liderada desde Tokio por los arquitectos europeos Astrid Klein y Mark Dytham–, pues debía servir como un lugar para el descanso y el juego en medio de dos hoteles.

Definen la construcción tres volúmenes de planta circular con techos cónicos que destacan sobre el fondo del bosque circundante. El cuerpo central es el más grande y contiene la zona comunitaria, que gira en torno a un horno para pizza. Afuera aparece una huerta donde crecen vegetales disponibles para este espacio. En el segundo hay un área de descanso para los adultos, con amueblamiento distribuido alrededor de una chimenea central.

En el lado opuesto, el tercero está destinado al juego infantil gracias a una estructura revestida de mallas, por la que pueden escalar los niños. Las tres cubiertas determinan la especialidad del proyecto. La altura que alcanzan y la inclinación específica de cada una contribuyen a la amplitud de los interiores y establecen la expresión exterior del edificio. Cada una de ellas remata en un óculo: un tragaluz circular que vincula los recintos con el cielo. La estructura de madera expuesta dota al espacio de un ambiente similar al de las cabañas e, incluso, nos recuerda el quiosco, propio de las arquitectural tropicales.

Desde su geometría, esta obra propone un lugar para el descanso familiar. Su relación inmediata con los árboles le permite abrirse para disfrutar del clima y de los múltiples tonos de verde en los follajes. Su espacialidad responde al movimiento de los niños que se divierten y al de los adultos que descansan. El juego y el ocio convergen en estos tres conos para convivir rodeados de bosque. ■

Lea aquí también: la moñona: la bolera de Medellín destacada gracias a su diseño arquitectónico.