Una casa en la ladera de una montaña donde sus materiales entablan una relación con el paisaje
Revista AXXIS / mayo 2 - 2022
Implantada en la ladera de una montaña en Montana’s Madison Range –Estados Unidos–, la masa y los materiales de esta casa entablan una relación directa con el poderoso paisaje. El exterior de la vivienda es una composición de acero corten y hormigón –en forma de placas–, que abrazan metafórica y directamente su entorno natural inmediato.
La residencia está organizada por dos enormes muros de hormigón perpendiculares, de 18 pulgadas de espesor, que dividen la estructura y se extienden a los paisajes de las caras norte y sur. “El primero guía a las personas dentro de la casa, así como la mirada hacia el Pioneer Peak. El segundo remata en una ventana alta y estrecha, que ofrece vistas espectaculares”, señala el arquitecto Stuart Silk, fundador de la firma responsable de la arquitectura y el interiorismo: Stuart Silk Architects.
Al acercarse al primer muro, la persona es conducida a la entrada, resguardada por una gran puerta pivotante de acero. Esta pared continúa por la casa para extenderse a través de la sala de estar, donde direcciona las miradas al valle, la cumbre de la montaña y el cielo.
El segundo muro de hormigón se extiende perpendicularmente al primero y presenta planos facetados, inclinados hacia una ventana alta y angosta, que da hacia la escalera y la sala de estar. Su forma recuerda las rocas que se encuentran en el sector. “El terreno alpino rocoso del área fue la inspiración para esta casa y nos llevó a elegir el concreto y el acero corten como los principales materiales exteriores. Estos elementos capturaron mejor las características esenciales del lugar”. Y es que la fachada hace que la vivienda se fusione a lo lejos con el cielo y se convierta en una consecuencia de su sitio.
Alejándose de la distribución normal, la entrada a la vivienda ocurre por el piso superior. Sus espacios principales incluyen la sala de estar, flanqueada por dos volúmenes que contienen la cocina/comedor,
al occidente, y el dormitorio principal, al oriente. El nivel inferior alberga la sala de entretenimiento, tres suites para invitados y un cuarto con literas.
Para mantener la privacidad, la casa es casi hermética en su volumen de entrada, excepto por una ranura de vidrio alta y angosta, y una ventana en esquina que se proyecta a dos lados para brindar vistas
hacia el norte y el oriente desde el baño principal. Las alturas de los techos modulan la composición y son un recordatorio de la estructura jerárquica de las montañas circundantes.
En el interior la paleta es mínima y se centra en materiales y acabados naturales. “Este proyecto fue una rara oportunidad de trabajar con un cliente que tiene buen ojo para el diseño de alto nivel y detalle”, señala la diseñadora de interiores Julianne Shaw, miembro del equipo. “Mi objetivo era crear espacios pensados para los propietarios. Con el fin de lograr esto trajimos los colores del paisaje de Montana, usamos piedra natural en todas partes y agregamos muebles refinados, telas lujosas y alfombras de seda”.
En cada nivel, un cielorraso de listones de cedro es sostenido sobre el suelo de concreto monolítico, a la vez que las columnas de acero estructural son expuestas en la sala de estar. Por su parte, paneles de
acero ennegrecido delimitan las aberturas en las gruesas paredes, y los ventanales de piso a techo ofrecen vistas sin obstrucciones del paisaje alpino y el cielo, además de permitir el ingreso de la luz natural.
Finalmente, dos elementos escultóricos de acero, la puerta pivotante de entrada –de tres metros y medio de altura– y una barandilla –de seis metros de largo y tres cuartos de pulgada de grosor– están salpicados con una serie de agujeros protegidos por vidrio para recordar las estrellas en el cielo nocturno. En esta casa, cada elemento está concebido para formar parte indiscutible del entorno natural, como si su estructura brotara del terreno.
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