Una nueva y única torre residencial se despliega en el Centro Internacional de Bogotá
/ mayo 26 - 2021
“Este edificio es el resultado de una norma curiosa que cobija al Centro Internacional de Bogotá y que se ha mantenido en el tiempo. Es muy generosa en términos de lo que se puede construir, pero requiere dejar libre el 50 % del lote y que las edificaciones se reduzcan progresivamente en altura”, explica el arquitecto Daniel Bonilla, quien con su Taller de Arquitectura de Bogotá –TAB– diseñó Equilibrium.
“Buscamos ubicar el edificio de manera que no tuviera que escalonarse y que fuera un aporte positivo para su entorno”, comenta el arquitecto. El primer piso libera la mitad de su área, como lo pide la norma, pero no encierra esta zona detrás de una reja, como suele ocurrir en los desarrollos de vivienda de la ciudad. Por el contrario, la abre completamente para que pueda ser utilizada por los transeúntes.
Como una intervención ejemplarizante, la aparición de este lugar privado de uso público produce una nueva plazoleta en un tejido urbano carente de este tipo de sitios. Su primer piso se estructura, además, a partir de una serie de ambientes comerciales que complementan el acceso al edificio y hacen que el espacio público sea dinámico, activo y ofrezca la seguridad de las ciudades vivas. La construcción, que pasa de una plataforma de cuatro niveles en su basamento, a un cuerpo de 20 pisos adicionales de vivienda, alberga en lo más alto una serie de espacios comunes que rematan su volumetría. Basamento, cuerpo y remate claramente expresados, como lo establecieron en su momento los lineamientos arquitectónicos creados desde la escuela de Chicago.
El piso 18 incorpora un único escalón, de acuerdo con las exigencias de la regulación, el cual aprovechan para generar otro ambiente dedicado a los servicios comunes. Una amplia zona de BBQ, terraza y áreas verdes aparecen en este nivel, complementadas por la piscina y el gimnasio en el remate de la estructura. “Los equipamientos comunales tienen las mejores vistas sobre la ciudad”, expone Bonilla, quien resalta la importancia que desde el diseño les dieron a estos espacios.
La fachada la construyen en ladrillo. A manera de un bloque de arcilla tallado, aparecen los juegos de planos, terrazas y ventanas profundas. “Los edificios en altura suelen tener fachadas demasiado homogéneas. En este quisimos aportar algo de dinamismo y profundidad”. Por esto cambia de un piso a otro, repitiéndose cada tres. También ajustan las formas de los machones de ladrillo sobre las terrazas, para albergar muebles que sirven a los espacios interiores y mostrar una cara exterior diversa y con movimiento, sin necesidad de modificar la distribución de los ambientes habitables.
Al ser un edificio en altura requiere elementos grandes y robustos que garanticen su estabilidad. El diseño los resalta e incorpora a la vista en los espacios interiores. Sus pantallas estructurales, construidas en concreto de tono ocre, aportan a la materialidad del ladrillo y le dan al conjunto una apariencia terrosa, entre la arena y la arcilla. El proyecto mantiene una paleta de materiales deliberadamente restringida, cálida, natural y duradera, a la que se suman la piedra desplegada en el piso de acceso y la madera en cielorrasos y suelos de las zonas comunes.
Si bien la obra acaba de terminar, su diseño se llevó a cabo hace algún tiempo, cuando a nadie se le cruzaba por la cabeza la aparición de una pandemia como la actual. Sin embargo, sus conceptos arquitectónicos responden a soluciones fundamentales entendidas para nuestra nueva realidad. La iluminación y ventilación natural en todos los espacios hacen de esta obra algo sano y saludable. Las zonas comunes, amplias y en contacto con el exterior, permiten su uso correcto y el distanciamiento social. La generosidad de su primer piso con la ciudad ofrece un lugar más para que los habitantes puedan compartir por fuera de sus viviendas. Al juntar estas piezas se llega al edificio construido: equilibrado, dinámico y sano con su entorno. ■
Bello edificio por dentro y por fuera. El primer piso abierto al público me recuerda las Residencias Tequendama.