Para su fachada se emplearon cortasoles referencia Aerobrise, de la multinacional Hunter Douglas. Estos elementos “constituyen un apoyo a la barrera térmica con la cual se reviste la edificación”, afirman los responsables del proyecto. Esta es una de varias acciones que tienen como objetivo común el aislamiento térmico, que logra un 30 % menos en inversión de sistemas de climatización y consumos energéticos –muy acorde con la corriente sostenible de la arquitectura actual–. Estéticamente, este elemento aporta un aspecto moderno para un sector de la ciudad en constante desarrollo.
El diseño de la piel y las interdistancias entre perfiles obedecen a un riguroso estudio bioclimático y estético, que busca generar alta eficiencia energética y una imagen contemporánea del edificio.
En cuanto a mobiliario, para el Buró 51 contaron con productos de la firma Zientte, tapizados con cueros de la compañía P. Vergara. Ejemplo de lo anterior es la poltrona Trapecio, que brinda carácter al lounge, gracias a sus laterales de madera natural y, por supuesto, a la textura, robustez, comodidad y resistencia que otorgan el asiento y espaldar de cuero.