El barrio de Tetuán, en Madrid, España, conserva una singular mezcla de diversidad social y arquitectónica, propia de un distrito en constante transformación, moldeado por su posición como zona céntrica y a la vez periférica.

En este contexto cambiante, es frecuente encontrar espacios vacíos, muchos de los cuales presentan amplias zonas diáfanas y llamativas estructuras de hormigón armado. Un ejemplo paradigmático de esta evolución es Casa Teruel, un antiguo estudio de arquitectura reconvertido en vivienda.

La transformación de este espacio parte de una idea fundamental: dejar la estructura a la vista para potenciar sus cualidades espaciales y crear una conexión fluida entre las dos fachadas, uniendo la calle con el patio interior y aumentando la entrada de luz natural.

El diseño de la vivienda El objetivo de la intervención, por Jorge Borondo y Ana Petra Moriyón , es preservar la esencia del espacio original, manteniendo la solidez de su estructura de hormigón y combinándola con materiales que aportan textura, contraste y funcionalidad. Las paredes de ladrillo visto y la estructura de hormigón raspado conservan el carácter del espacio, mientras que la madera de abedul del mobiliario aporta calidez y precisión a los detalles.

El pavimento existente, recuperado y reinstalado, refuerza el carácter general del espacio, complementado por la solidez de la piedra caliza en el baño y la elegancia del acero inoxidable en la cocina y la barandilla. El pavimento continuo de mortero autonivelante unifica el espacio, creando una base neutra que potencia la fluidez y la luminosidad, acentuada aún más por los espejos en los marcos de las ventanas de bloques de vidrio.

El diseño se centra en la apertura y la claridad, permitiendo que la casa funcione como un escenario dinámico para diversas actividades: trabajo, ocio, tiempo personal y nuevas posibilidades.

Un elemento clave es el baño de doble acceso, que conecta el dormitorio principal con un espacio flexible que puede tener diferentes usos. Este espacio puede transformarse de despacho a dormitorio adicional, o incluso integrarse en la sala de estar para crear una zona más amplia para reuniones y actividades.

Casa Teruel no es solo una casa; es un espacio versátil que se adapta a la vida cotidiana y evoluciona con el tiempo para satisfacer las necesidades cambiantes de sus habitantes, lo que la hace ideal tanto para el día a día como para la celebración de eventos.

