Geometrías perfectas
Fotografía: Iván Ortiz. Producción: Mariana Osorio. Texto: Mariana Arango. / junio 17 - 2014
Su marcada geometría de líneas, curvas y cuadrículas, más un vacío principal, le confieren un aire imponente y arriesgado a este penthouse ubicado en el octavo piso de una edificación en un barrio residencial de Bogotá. “El programa con este proyecto fue curioso y complicado porque el edificio estaba en proceso de construcción y nuestra meta era resolver su diseño interior con unas condiciones ya establecidas”, cuenta Pedro Aparicio, uno de los cuatro arquitectos de la firma Altiplano, encargada de modificar la obra para adecuarla a las necesidades de sus dueños.
Es esta la razón por la cual los arquitectos tuvieron que ingeniárselas para distribuir los espacios de manera coherente sin mover una sola ventana, pues la fachada estaba construida y la ventanería se había mandado a hacer. Además, tenían una gran responsabilidad debido a que el cliente era el constructor del proyecto y conocía cada centímetro de este.
El apartamento, de 380 metros cuadrados, se compone en el primer nivel, por donde se accede, de un núcleo central que es un muro curvo enchapado de madera y que vincula completamente la zona social con un espacio adaptado para trabajar, tres habitaciones, un gimnasio, la cocina, el comedor y la sala. “Este elemento se volvió muy importante, siempre buscamos que las circulaciones no sean simplemente eso, sino que los espacios muertos o inútiles adquieran alguna utilidad. Con el tiempo, las mismas personas le dan ese uso y empiezan a provocar situaciones”, señala Aparicio.
Un punto de encuentro es la cocina, donde la familia se reúne y comparte no solo a la hora de cenar. Por eso, el comedor está ubicado allí, compuesto por sillas que cada uno de los propietarios escogió; todas son diferentes. La intención también era cortar con el blanco y darle toques de color con parte de los accesorios y con la madera oscura de la mesa, la cual se puede mover y disponer como bar de tragos cerrando las puertas y separándola del resto de esta zona.
En contraste con el núcleo circular está la estructura a la vista, los acabados tectónicos bruscos y las repisas de cuadrículas que permiten que la luz atraviese los vacíos creando un juego de luces y sombras muy particular. Teniendo en cuenta esta característica, la iluminación está sobre rieles internos con los bombillos sueltos. Todo perfectamente sistematizado para que pueda ser controlado desde un iPad.
En cuanto a la carpintería, los arquitectos sugirieron retículas y repeticiones que juegan con la profundidad y sus dilataciones para generar ambientes abiertos y generosos, cálidos y amables. Marfil, perillo, guáimaro de Santander y sapán componen la gama de maderas de este apartamento moderno que rompe con los modelos convencionales y le da paso a un espacio donde lo tradicional, lo contemporáneo y los detalles más personales de sus propietarios se combinan a la perfección y crean un ambiente estéticamente audaz y, a la vez, auténticamente acogedor.