Vivir en el Caribe colombiano le puede cambiar la vida para siempre, conozca esta sorprendente casa a continuación
Fotografía Miguel Flores Vianna. / enero 26 - 2018
“Estaba trabajando con un arquitecto local, pero quería que les diera pautas desde el comienzo, por eso pude hacer varios cambios arquitectónicos, como proporciones de techos y de espacios, elección de materiales, iluminación…”.
Y las proporciones bien logradas son una constante en los trabajos de Montoya. Aquí, tras cruzar la puerta de ingreso, la persona llega a un recibidor y una piscina de forma sinuosa que guía la mirada a una palapa que contiene el salón principal.
El elaborado techo, cuyo interior tiene un tejido artesanal de palma, protege del sol un mobiliario diseñado por el bogotano, pensado para disfrutar de la vista de la vegetación tropical y el mar Caribe –las poltronas pueden girar sobre su eje–. Un punto interesante son las cortinas recogidas junto a las columnas, las cuales están concebidas para aislar el ambiente en días de fuertes vientos.
En esta casa de descanso es común que los propietarios inviten hasta veinte personas, quizá más. Para esto, Montoya ideó prácticas soluciones de diseño como en el comedor principal, compuesto por seis módulos cuadrados de madera macana y bronce, que forman una gran mesa cuando se unen. “Gracias a que tiene metal en sus bordes las uniones son imperceptibles”.
Cerca de dos años de trabajo invirtieron en esta vivienda de dos niveles para lograr espacios que invitan al descanso y a compartir con amigos en medio de un interiorismo donde el color es usado en su medida exacta y los objetos reúnen las mejores expresiones de países tan diversos como República Dominicana, México, Colombia, Perú, Argentina y Brasil.