Una casa en Cali donde predominan el verde en todos sus tonos y la vegetación
Producción: Ana María Zuluaga. Fotografía: Andrés Valbuena. / agosto 5 - 2021
Durante años, la decoradora caleña Claudia Calero tuvo esta casa en la mira. Sin embargo, fue hace poco que logró convencer a sus dueños que se la vendieran. “Llevo mucho tiempo planeando vivir aquí, y siempre compraba o mandaba a hacer los muebles pensando en estos espacios”, asegura Calero. De las cosas que más le llamaban la atención de esta construcción en un barrio tranquilo de la capital del Valle, eran el jardín y la vegetación que tenía.
En la remodelación, lo primero que hizo fue abrir los espacios para integrar el exterior con el interior. “No quería nada encerrado, por eso la zona social gira en torno a la terraza y la piscina”. Luego eligió una paleta de colores neutra –marfil, arena, gris perla y rosa– para los acabados principales, como pisos y muros, que le sirvió de lienzo para su original propuesta decorativa, donde conviven en perfecta armonía piezas de diferentes épocas, materiales y estilos.
Aunque los espacios están muy bien definidos, desde que uno entra a la casa se percibe como un ambiente integrado, donde el jardín funciona como telón de fondo y articulador. Allí, una gran variedad de plantas de la región, entre las que hay iraca, platanillo gigante, helechos, palmas y enredaderas, aportan una visual refrescante y natural. El ingreso a la casa comparte el espacio con la sala, y los usos están claramente marcados por el mobiliario. Lo primero que se ve al atravesar la puerta es una gran mesa de madera tallada, herencia de la familia del dueño de casa, al igual que el tapete persa que está enfrente y que sirve para delimitar la zona de recibo. Haciendo eco de la importancia de la vegetación en la propuesta, sobre la mesa hay varios jarrones de porcelana con diferentes arreglos hechos con las hojas y flores del jardín.
En el costado derecho se encuentran las escaleras para acceder al segundo piso o bajar al sótano, donde se ubicaron los parqueaderos y las zonas de servicio. Hacia la izquierda está la zona social, que junto con la cocina es una de las áreas más llamativas de la casa. Aquí se puede apreciar el estilo único y la originalidad del planteamiento de Calero. La sala es un espacio luminoso y abierto gracias a la puertaventana que la comunica con el jardín anterior de la construcción.
Tiene como respaldo una biblioteca blanca de piso a techo, que junto con un tapete de fique enmarca visualmente el conjunto, compuesto por dos sofás de línea moderna, hechos a la medida, sin brazos y tapizados con una tela con estampados chinos; un sofá de mimbre de Filipinas y una mesa de centro redonda de madera, con la parte exterior y las patas pintadas de verde. Es interesante ver cómo la decoradora logra mezclar de manera armoniosa muebles de diferentes estilos y épocas, y una variedad de estampados. Así mismo, continúa con el concepto del verde como elemento unificador, en este caso con plantas en macetas.
El tema de la naturaleza y los estampados se mantiene en el comedor, donde predominan tonos cítricos, como amarillo, naranja y curuba, que a su vez son el complemento perfecto para todas las gamas de verde. La mesa y la banca fueron diseñadas especialmente por ella para este espacio, mientras que las sillas las consiguió en Cali. Para diferenciar esta zona, eligió un tapete de rayas con una gama de colores marrón y chocolate que crea un contraste llamativo con los colores más brillantes.
La piscina es el foco de atención de la parte posterior de la casa, donde un juego de sala hecho en hierro forjado crea un ambiente ideal para descansar en las horas de la tarde y disfrutar de una tradicional lulada al fresco, o un coctel al caer la noche. Un salón auxiliar con un mural con dos flores pintadas a mano separa el patio de la cocina, que según la dueña es el corazón de este hogar. “Elegí un papel de colgadura de la casa francesa Manuel Canovas, y ese fue el punto de partida para el resto”. La cocina tiene una distribución abierta y potencia su luminosidad con el mobiliario blanco, que además enfatiza la sensación de limpieza y maximiza el espacio.
En el segundo piso, reservado a los dormitorios y el estudio, se mantiene una paleta en tonos pastel. Una obra del artista caleño Miguel Bohmer impacta en el descanso de la escalera. En la habitación principal predomina el azul, que crea un ambiente de tranquilidad y promueve el descanso. El piso de madera color caramelo le aporta calidez al espacio. La cabecera de la cama y los duvets con monograma son diseños de la dueña. El baño mantiene este lenguaje, donde los muebles de madera le dan un toque country, distanciándose de la moda del minimalismo extremo que suele favorecerse en estos ámbitos. La habitación de huéspedes, en tonos amarillos y beige, tiene un aire romántico y femenino alusivo a otras épocas.
Lejos de ceñirse a una tendencia o una filosofía específica, Calero tiene una gran dosis de sensibilidad y paciencia. En el transcurso del tiempo ha guardado los muebles de los antepasados que nadie más valora y ha aprendido a darles una nueva vida. Así mismo, ha sabido apreciar las herencias de la familia de su esposo.
Define su estilo como una mezcla entre moderno y clásico. No tiene fórmulas infalibles, pero le encanta mezclar estampados diferentes. “Es un arte, escojo un color o un tema en común, por ejemplo formas geométricas, y de ahí creo una ambiente donde nada es igual, pero se percibe unidad y uniformidad”. También considera que los libros son fundamentales para darle carácter y calidez a un espacio, y que los materiales deben utilizarse lo más cerca de su estado natural, ya sea madera, piedra o telas ciento por ciento de algodón. “Lo sintético y las imitaciones dañan la estética de los espacios”.
. Un salón auxiliar con un mural con dos flores pintadas a mano …pintadas por mi! Tenaz que no dan los créditos