Como adecuar, decorar y vivir en un apartamento de 76 m² en Bogotá
Fotografía: Iván Ortíz. Producción: Mariana Osorio. Texto: Mariana Arango / junio 6 - 2014

Lo primero que se ve al abrir la puerta de este apartamento ubicado en el norte de Bogotá es la sala, lugar que reúne lo más representativo de esta residencia. Según su propietario, “la sala es el resumen de mis gustos, mis viajes; es lo que me hace recordar lo que me apasiona en la vida y lo que quiero seguir haciendo”. Y es que en este espacio de grandes ventanales están sus objetos favoritos, esos que ha ido coleccionando poco a poco desde hace varios años.
Al fondo, una silla roja le da el toque de color al área social, la cual está amoblada con un sofá cama de cuero café en el que sobresale un cojín tejido. En la mesa de centro, de vidrio y madera blanca, están varios de los tesoros más simbólicos del dueño, como las antiguas chanclas tibetanas que consiguió en Dharamsala, una ciudad al norte de la India donde vive en el exilio el dalái lama. Otro de los elementos que llaman la atención es el juego de bao hecho en madera que trajo de África y que se expone en el nicho de la pared de la sala: “Traerlo a mano fue una pesadilla, pero valió la pena, se ve muy bien donde está”, sostiene.
Conozca la remodelación de esta casa en Mesa de Yeguas.
Así mismo, otro componente importante es la terraza que ventila la casa y la provee de luz natural. Además, ayuda a que la zona social se perciba más amplia y luminosa.
Mezcla de culturas
En su diseño estructural este apartamento se caracteriza por su forma horizontal y larga, y su piso en bloques de concreto que llegan hasta la cocina abierta. Detrás se encuentra un pequeño estudio donde anteriormente el propietario tenía su oficina.
A lo largo de la pared que atraviesa los tres ambientes se pueden apreciar diferentes cuadros y afiches. Hay un pequeño cuadro traído desde Grecia y otro de la India que cuelgan junto a un dibujo del artista colombiano Ramón Laserna. Otro de los accesorios que no puede faltar en este apartamento son los más de 15 ceniceros que ha traído de diferentes destinos.
Desde una evidente sensibilidad a la decoración el propietario logró crear un ambiente propio donde se mezclan objetos contemporáneos con piezas auténticas y valiosas que nunca pasarán de moda. “No me importa viajar con cosas pesadas y grandes, cuando uno llega a su casa y encuentra el lugar perfecto para poner lo que consiguió se da cuenta de que valió la pena –asegura–. Se convierte en un recuerdo que siempre estará con uno sin tener que abrir un álbum de fotos”.
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