Recuperar lo perdido: un estudio en Colombia que diseña objetos con los escombros
Mateo Arias Ortiz, editor digital de AXXIS / septiembre 19 - 2024

Los ingenieros civiles colombianos Juan Sebastián Benítez y Sebastián Tobón, apasionados por el diseño y preocupados por los miles de toneladas de escombros que produce anualmente la industria de la construcción, son los fundadores de Paguro, un estudio de diseño y acabados arquitectónicos cuya materia prima son los sobrantes de obras y de talleres de prueba de materiales.

“Los laboratorios de materiales son nuestros mayores proveedores. Naturalmente, la cantidad de escombros que podemos recuperar todavía es muy pequeña en comparación con todo lo que se desecha, pero hace la diferencia. Lo que en Paguro usamos como nuestro principal recurso iría, normalmente, a rellenos sanitarios o a botaderos ilegales”, cuenta Azul Bustamante, directora de Mercadeo de la marca.

Inicialmente, hace cuatro años, el estudio —que produce acabados arquitectónicos, mobiliario y objetos— dependía solo de sus fundadores. Hoy en día, tienen un equipo de catorce personas, cuatro de las cuales son diseñadores y productores que trabajan en una planta en Tocancipá (Cundinamarca).
El objetivo de Paguro
Si bien el propósito fundamental de la firma es reducir el impacto medioambiental, han sabido aprovechar esa idea en pro de la estética. “Los escombros nos han permitido proponer diseños que se salen de lo común y que evocan la estética del terrazo, pero con un toque luminoso e industrial a la vez”.

Para lograr ese aspecto crudo, no solamente fabrican las tapas de sus mesas con sobrantes de las obras, sino que sus patas provienen de ese origen: son varillas metálicas como las que se utilizan dentro de las estructuras de concreto. Incluso el polvo que resulta del proceso de trituración del ladrillo o del vidrio para hacer sus piezas se recupera: se mezcla con agua y, con él, crean un pigmento.

“Como los escombros afectan la biodiversidad del país, nuestros diseños de acabados tienen nombres inspirados en lugares que han sido afectados por la extracción de recursos de la industria de la construcción».

«Es un homenaje que hacemos a la variedad de ecosistemas que hay en nuestro territorio, así como una forma de comunicar nuestros valores, alineados con la ecología, naturalmente, y con Colombia. Algunos de los objetos de diseño o acabados se llaman Caño Cristales, Capurganá, Puracé o Manaure”,explica Bustamante.

Estos nombres corresponden a piezas con diseños predeterminados, pero no son los únicos que la marca ofrece, pues también hacen objetos por encargo, a la medida de lo que requiera cada proyecto. “Ahora mismo estamos trabajando en una gran barra para la cocina de un apartamento en Bogotá”, dice para concluir la directora de Mercadeo.