El regreso del artista Manuel Hernández en La galería El Museo, de Bogotá
Revista AXXIS / marzo 28 - 2022
La galería El Museo, en Bogotá, inauguró la exposición Manuel Hernández, el regreso, dedicada a uno de los pintores abstractos colombianos más importantes del siglo XX. Fallecido en 2014, esta exhibición reúne 50 años de su trabajo con obras que datan desde 1958 hasta 2008, distribuidas a lo largo de los dos espacios que actualmente ocupa el centro cultural –que contó con el diseño arquitectónico de Guillermo Arias.
“Hemos llamado a esta muestra El regreso, ya que después de muchos años sin que se exhibiera su obra tras su muerte, el legado de Hernández regresa a la escena plástica colombiana e internacional de la mano de la galería El Museo”, afirman sus organizadores en su comunicado oficial.
Como la gran mayoría de los artistas abstractos, Manuel Hernández (1928-2014) se inició con una figuración académica influenciada por la orientación hacia el muralismo mexicano con su figuración social realista, que aprendió en la Universidad Nacional, donde estudió de 1946 a 1949.
A partir de los años sesenta, su obra hace un giro hacia la abstracción, buscando la espiritualidad en el arte a través de las formas. Su lenguaje se consolidó por medio de una indagación pictórica en la que el color juega un papel definitivo, y desde la década del setenta ahondó en el signo que caracteriza su obra, el cual fue desarrollando durante 40 años.
Vasili Kandinski y Paul Klee fueron dos artistas fundamentales en el desarrollo del trabajo del colombiano, que muestra un interés espiritual por la imagen y por la necesidad de la abstracción como fundamento comunicativo, que tiene dos aspectos básicos: el color y la forma.
El color lo maneja como un elemento que transmite sensaciones al espíritu; como una experiencia que abarca otros niveles que van más allá de las posibilidades sensoriales. Vicente Rojo fue otro referente clave en su trayectoria. Bajo la sombra de las formas abstractas de Rojo buscó una continua forma envolvente, encerrada sobre sí misma, que en un espacio acoge leyes de una geometría circular.
En la obra de Hernández es muy importante la forma como ilusión, como resultado creativo, como medio con el cual se expresan energías interiores y exteriores, como tributos a una imagen que no tiene referencia real. Una de las principales preocupaciones del artista dentro del campo de la abstracción fue la vibración y la posibilidad de una forma “estática en movimiento interno”, como él mismo la definía. Esa irradiación de los bordes implica una amplia reflexión sobre la luz, la materialidad de los objetos y el carácter de los colores, ubicándolo en el trópico, donde persiste un gran nivel de contrastes simultáneos.
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