Esta es la firma de diseño mobiliario sostenible que está cambiando el mundo
/ septiembre 23 - 2019
Made in Italy. Esta frase tiene mucho peso y más en el mundo del diseño. Es indiscutible que los productos realizados en el país europeo son sinónimo de durabilidad, elegancia y confort. Firmas como Flexform llevan esto en su ADN: “Somos una empresa Made in Italy, incluso a la hora de seleccionar a los artesanos que trabajan en la producción. Nuestros muebles requieren de esa ‘sabiduría de las manos’ que se necesita para crear un producto con un nivel de calidad de fabricación tan elevado”.
Esta compañía nació en Brianza, al norte de Milán, uno de los lugares que más significado tiene para el diseño italiano. “Aquí, en los años sesenta, se originó un fenómeno único en el mundo: el diseño italiano. Es una tierra donde la historia de muchísimos pequeños talleres artesanos, que desde principios del siglo XX trabajan la madera, el metal y la tapicería de sofás, se entrelaza con la de los grandes maestros del diseño italiano que estudiaban en la Universidad de Arquitectura de Milán”.
Conocida por sus sofás de cojines anchos y suaves, la empresa da su sello italiano, incluso, a la cadena de proveedores. “Pieles, telas, maderas, metales y materiales de relleno se seleccionan con criterios estrictos (…) prestamos gran atención a la calidad de las plumas y del relleno de los cojines. Los cojines, además de evocar belleza, ligereza, calidez y suavidad, están garantizados y certificados”.
Conozca el edificio 8111, la obra bogotana que participará en la Bienal de Arquitectura y Urbanismo.
Diseño sostenible
Las firmas, pertenezcan o no al mundo del diseño, tienen que ser conscientes de que la conservación de la naturaleza es prioridad, y que los consumidores están cada vez más informados sobre el origen de lo que adquieren. Flexform lo sabe y no se ha quedado atrás. Los materiales que utiliza en sus productos son seleccionados según criterios de sostenibilidad por cercanía a su compañía –lo que se traduce en recorridos más cortos, sin sacrificar sus altos estándares de calidad– y la “pluma de oca que empleamos está certificada como Oro por Assopiuma (la asociación italiana de empresas productoras), lo que garantiza el respeto por el medioambiente, los procesos y los animales”. Sumado a lo anterior, las plumas que utilizan son cruelty-free, es decir, son obtenidas del cuerpo del animal ya sin vida, pues se crían para servir como fuente de alimento.
No hay que olvidar que la vida de un producto también es un valor fundamental para la sostenibilidad medioambiental: “Lo que dura mucho tiempo no crea residuos y no contamina, no precisa ser transportado con las consiguientes emisiones de CO 2 . Los productos Flexform, fabricados con los mejores materiales y las técnicas de producción más avanzadas, están hechos para perdurar en el tiempo”.
Una propuesta clara
Elegancia. Esa delgada línea que establece los valores de una marca y define el espíritu de sus colecciones. “El término lujo entendido como redundancia, la abundancia gratuita, el exceso, poco tiene que ver con Flexform”. Afirman que son lo opuesto, están más en “el concepto de sobria elegancia que se traduce en formas básicas y materiales suaves, sin estridencias”. Para concluir, se podría decir que “el rasgo común de todos los productos de Flexform es que son fácilmente reconocibles, diseñados para el uso diario y siempre sencillos de utilizar”, explica el arquitecto y diseñador italiano Antonio Citterio, recurrente colaborador de la firma.
Momentos claves de Flexform
Flexform es la historia de una familia. La empresa, que ya está en su tercera generación, nace en la zona de producción de muebles de la Brianza, en el norte de Italia. En 1959 los hermanos Galimberti abren un taller artesanal al que llaman Flexform di Galimberti. Después de la segunda Guerra Mundial, los hermanos Galimberti decoran los edificios más elegantes de Milán y las lujosas villas a orillas del lago de Como e, incluso, el vestíbulo del teatro de La Scala de Milán. Los hijos transforman el taller en fábrica y en 1967 Flexform se convierte en sociedad anónima. La familia busca la cooperación de los más grandes diseñadores italianos del momento: Joe Colombo, Asnago & Vender, Cini Boeri y Rodolfo Bonetto, entre otros.
Con el joven arquitecto italiano Antonio Citterio la compañía inicia una evolución de crecimiento empresarial que dura hasta el día de hoy, más de cuarenta años ininterrumpidos. Flexform ofrece una amplia colección de muebles para el hogar, con enfoque en la producción de sofás, los cuales representan el core business de la empresa. A pesar de ser conocida internacionalmente por sus productos para la zona social, su oferta se extiende también al salón comedor y a los dormitorios.