Además de amoblar el área de 98 metros cuadrados con una selección de sus piezas y objetos favoritos, Grcic llenó las paredes con cuatro ampliaciones de imágenes originales de fanzines punk que contrastan con el sobrio interior en madera ideado por el arquitecto francés después de la segunda guerra mundial.
“Sin forzar la idea de una base común, me parece que el estilo punk rock y la arquitectura de Le Corbusier tienen crudeza y un espíritu inflexible que siempre he encontrado irresistiblemente bello. Me inspiró juntar estas dos culturas”, señala el diseñador industrial nacido hace 48 años en Múnich.
En el 2008 el primero en realizar esta serie de intervenciones al apartamento número 50 fue el diseñador industrial británico Jasper Morrison y dos años después estuvo a cargo de la dupla de hermanos franceses Ronan y Erwan Bouroullec.