Diseño

SWAROVSKI EN VERSALLES

Texto: Soraya Yamhure. / 
junio 16 - 2014
SWAROVSKI EN VERSALLES
Con cristales de Swarovski, los hermanos Ronan y Erwan Bouroullec iluminaron las escaleras de la entrada principal del palacio de Versalles.

Una lámpara de más de 12 metros de altura diseñada por los hermanosRonan y Erwan Bouroullec es la primera pieza contemporánea que permanecerá en el palacio Versalles, al occidente de París. En el año 2011 la administración pública del palacio y el museo convocaron al concurso que ganó la dupla presentando tres hebras entrelazadas, cada una hecha de cientos de cristales de la firma austriaca Swarovski iluminados por fuentes de luz LED.
Optaron por el cristal, material utilizado tradicionalmente en la fabricación de lámparas de salas de recepción, con el fin de establecer un vínculo entre el pasado y el presente. “Teníamos que producir una pieza con carácter que iluminara y que fuera apropiada como una característica permanente en un lugar histórico, donde tal vez estará por más de cien años”, explican los diseñadores que trabajan para firmas como Vitra, Kartell, Ligne Roset, Cappellini y Flos, entre otras.
Después de haber considerado otros materiales, como la piedra, les pareció que el cristal era la mejor opción porque todas las lámparas de araña en Versalles fueron hechas con éste. Durante el desarrollo trabajaron en el reto de ser contemporáneos sin romper con el entorno. No querían generar contrastes pero al mismo tiempo le apuntaban a mostrar una pieza nueva, que no es histórica y que nunca había hecho parte del palacio. “Este objeto tiene un aspecto muy natural y orgánico y creemos que es la manera más apropiada para insertarlo en el tiempo, porque está fuera de moda y fuera de los períodos históricos”, opinan los hermanos.
Antes de trabajar en Gabriel, el nombre de esta lámpara, los hermanos Bouroullec fueron invitados por Nadja Swarovski, miembro de la junta ejecutiva, a participar en el proyecto de innovación y diseño ‘Palacio de cristal Swarovski’. En el 2007 la dupla creó Caillou, un pequeño bloque de cristal tallado en forma de piedra que contiene una fuente de luz invisible. La pieza emite una luz que se ilumina o apaga a través del tacto, y que es recargable por una batería integrada oculta que le permite permanecer encendida durante diez horas.

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