El lugar que ocupan las mascotas en las familias de hoy es supremamente importante. Según una nota del diario económico Portafolio, seis de cada diez hogares colombianos tienen perros o gatos. Sin embargo, no todas estas son casas pet-friendly. Es decir, no están adaptadas para que en ellos vivan animales, cosa que sería útil para el bienestar de ellos y de sus dueños.
Si bien no todo el mundo puede tener una gran casa con cómodos patios y espacios abundantes, sí hay ciertas acciones y cambios que se pueden hacer en cualquier vivienda. Así se puede evitar la suciedad, los daños y los malos olores.
Para lograrlo es clave pensar en los materiales. Los acabados arquitectónicos y el mobiliario debe estar acorde con su uso, que, en este caso, involucra a las mascotas. Felipe Roldán, arquitecto bogotano, insiste en que “deben ser fuertes, resistentes al tiempo y a la humedad, además de fáciles de limpiar”.
Aquí en la revista AXXIS le damos cuatro consejos para hacer que su vivienda pueda ser una casa pet-friendly.
1. Pisos y guardaescobas
Los perros y gatos suelen ensuciar los pisos e incluso rayarlos si son delicados o deshacerlos si son alfombras. “Si los animales van a habitar un espacio, lo más recomendable es instalar pisos resistentes y fáciles de limpiar”, dice Roldán. Pueden ser de cerámica, por ejemplo. También pueden ser pisos laminados de alto impacto. En ambos casos, hay productos que sirven para esmaltarlos y protegerlos.
Los guardaescobas también son claves para lograr casas pet-friendly. Los perritos, cuando son cachorros, les gusta morder las patas de los muebles o cualquier otra esquina de madera que encuentren. Para evitar que se dañen o que absorban la humedad, pueden usarse guardaescobas de cerámica.
2. Los muebles correctos
En los estilos de decoración industrial abunda el acero y el cuero en el mobiliario. Esta es una tendencia perfecta para tener mascotas, pues el metal es a prueba de mordiscos de perros y a los gatos no les gusta afilar sus uñas en el cuero, pues prefieren la tela.
Además, usar muebles que combinen estos materiales tiene otra ventaja: son fáciles de limpiar. Si bien hay repelentes de líquidos y olores para telas, el cuero es mucho más efectivo en ese sentido. Y el metal también es más higiénico que la madera porque absorbe menos.
3. Pinturas para las casas pet-friendly
Las paredes, en general, tienden a ensuciarse y con el paso del tiempo y el roce de los muebles. Y cuando un espacio lo habitan niños o animales, ese proceso se acelera.
Sin embargo, no es necesario pintar la casa cada año para mantener las paredes limpias, pues a esta altura hay pinturas lavables y antiadherentes cerámicos que repelen las manchas. Esto puede ser muy útil para evitar que los perros y los gatos ensucien los muros de la casa.
4. Arquitectura para perritos y gatos
Finalmente, si su intención es intervenir un espacio más a fondo en aras de darle comodidad a su mascota, puede hacer otras modificaciones. Roldán explica que es posible pensar en “arquitectura a pequeña escala” para los gatos, por ejemplo, que disfrutan de los recovecos y lugares reducidos.
Los perros también podrían disfrutar de túneles, pequeños habitáculos o camas. Otra opción son los pasadizos de las puertas –típicos de las películas–. Se pueden poner en las puertas de entrada, pero también entre las habitaciones.