Objetos heredados
Fotografía : Mónica Barreneche / Textos: Maria Alexandra Cabrera / mayo 21 - 2014
En su estudio un guacal se convirtió en una banca para invitados, un dispensador de soda en una hielera y una biblioteca en el lugar ideal para guardar pinturas y pinceles
Después llegó Natural, 38 obras hechas con tinta en las que desarrolla paisajes imaginarios y explora conceptos opuestos como el blanco y el negro. Su más reciente muestra, presentada al público en junio de 2011, se llamó Todos lo sólido se desvanece en el agua. Inspirada en el invierno que sufrió el país y el tsunami del Japón, la exhibición se convirtió en una representación de las inundaciones y un tributo al poder del agua. “Son obras en tinta roja creadas con la técnica del monotipo, una técnica que me gusta mucho porque critica la serialidad e invita a reflexionar sobre la unicidad de la naturaleza”, sostiene.
A los 28 años ya prepara nuevos proyectos. Quiere seguir trabajando la idea del río, un tema que nace de la preocupación por el río Bogotá; está realizando una serie de dibujos de instrumentos que pertenecieron a músicos famosos y que luego fueron destruidos, y prepara minuciosamente una muestra con la que va a explorar nuevas técnicas: fotografía, video e instalación. Villegas, quien no quiere dar detalles, afirma que en esta ocasión indagará sobre la naturaleza del proceso creativo, la relación con el vacío y la creación. “Todo parte de la hoja en blanco, de la nada. No es una obra cerrada y literal”.
En sus palabras
Diseño
“Me gustan mucho los muebles y las sillas de lectura de Poltrona Frau, las herramientas me encantan estéticamente y por su funcionalidad, también los esferos y ciertos cuchillos”.
“Tener una lámpara de Ingo Maurer me fascinaría. Las lámparas tienen algo que me gusta mucho, porque además de que estéticamente son muy bellas iluminan y dan ambiente a los espacios. Los diseños de Maurer son clásicos y contemporáneos, se convierten en esculturas, están muy ligados al arte”.