Además, el propietario anhelaba transitar fácilmente y que los elementos decorativos conseguidos en sus viajes se apreciaran desde cualquier ángulo.

El arquitecto Luis Kopec se encargó, durante cuatro meses, de dirigir la remodelación y el resultado es un moderno espacio con dos baños, una habitación y una gran zona social donde la cocina está unida a la sala y al comedor a través de una isla con un práctico mesón de sapán.

De la decoración y la elección de los materiales se encargó el publicista y diseñador de jardines verticales Francisco Ángel, que le apostó a una propuesta ecléctica a través de muebles y accesorios de diferentes estilos que dialogan armónicamente.

Para conseguir que fueran los objetos los protagonistas de la decoración, optaron por dejar muy limpias las paredes. Un pequeño cuadro de la Virgen ecuatoriana del Quinche, que hace veinte años acompaña al propietario, y un palo de playa, que asemeja una escultura, son algunos de los pocos elementos que habitan los muros.

Otro referente son las 14 lámparas de diversas épocas y estilos, ubicadas estratégicamente en el espacio, que aportan calidez y un sutil encanto a un apartamento que encontró en el camino de lo ecléctico su sello distintivo. 

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