Cloud Dancer ha sido anunciado como el Color del Año 2026. Este es un blanco que emerge como una invitación a la calma, un tono que invita a despejar, ordenar y dar sentido. Esta decisión marca una temporada de elegancia y de espacios donde la transparencia visual y la calma emocional vuelven a ser prioridad.
En el diseño interior, por ejemplo, esta tonalidad se convierte en un puente para reflejar intenciones destacando materiales, formas y texturas. Además, este blanco es símbolo de renovación personal. Es un color para transmitir quietud y sofisticación.

Para arquitectos y diseñadores, Cloud Dancer será el punto de partida de nuevas narrativas. De hecho, su relación con la luminosidad es clave: expande los espacios, los hace más respirables, y crea una sensación de amplitud que dialoga con la necesidad actual de ambientes más amables y conscientes.
Por qué este color
La elección de este tono responde a las necesidades colectivas en busca de la serenidad y la pausa. Tras años en los que los colores del año habían abrazado la contención emocional y la calidez, Pantone da un giro hacia un blanco que pretende dar un respiro.

Pero Cloud Dancer no es un blanco rígido o clínico. Por el contrario, es un blanco que se integra con naturalidad atravesando del minimalismo que evoluciona hacia lo sensorial y lo auténtico. Pantone también lo elige como símbolo de reinicio. Es una tonalidad que funciona como un nuevo punto de partida: un lienzo abierto para proyectar ideas, emociones y futuros posibles.

Al mismo tiempo, este blanco responde a un espíritu global que privilegia lo sostenible, lo duradero y lo honesto. Cloud Dancer es, en esencia, un símbolo del presente. Un blanco con propósito lleno de posibilidades. Es el recordatorio de que, incluso en medio de lo complejo, existe un espacio para lo esencial.
