El dueño de este apartamento, ubicado en Praga, República Checa, es un apasionado por viajar, convertirse en un viajero le permitió abrirse a las posibilidades y comenzar a soñar. Partiendo de sus gustos y su estilo de vida el diseño de Loft VNG 903—Globetrotter representa una fusión de arquitectura post industrial y el espíritu del modernismo de principios del siglo XX. 

De este modo, el diseño interior por el estudio Skull está imbuido de la esencia de un héroe imaginario: un visionario, un viajero en el tiempo, un trotamundos que atraviesa el espiral de la era moderna con una precisión inquebrantable. Sin embargo, el viaje no lo ata únicamente al pasado; posee tanto la imaginación como los medios para co-crear los contornos del futuro. El concepto de «co-creación» es central para entender la asignación de funciones espaciales.

El diseño del apartamento

El corazón de este espacio es la amplia sala de estar central. El loft se alinea a lo largo de un eje central, que alberga una cocina con una isla de bar, una amplia mesa de comedor/conferencia y una pantalla de proyección retráctil que oculta las ventanas panorámicas, ofreciendo una vista del estacionamiento cubierto (un área querida para el coleccionista de autos que es el dueño).

La vida del héroe imaginario gira en torno a conocer y conectar a personas inspiradoras, donde la emoción oscila entre reuniones formales e informales. Con los últimos rayos del sol, la atmósfera pasa sin problemas de un entorno representativo a la de un club vibrante.

La característica definitoria del loft es su amplio espacio abierto, donde las paredes móviles y las cortinas permiten arreglos flexibles sin comprometer la sensación de apertura y amplitud.

Además, los elementos incorporados expanden la sala de estar y co-crean la dinámica del espacio. Mientras tanto, el piso sirve como una galería elevada, un puente. También acomoda una cama de invitados. Oculto dentro del puente hay un vestidor y baños separados que incluyen una ducha y un inodoro.

La atmósfera de la obra 

El salón del club ofrece un ambiente relajado, con cómodos sofás, una mesa de café y una elegante estantería geométrica. Aquí, la formalidad pasa a un segundo plano. La ventana de tamaño generoso y una puerta de vidrio permiten un fácil acceso a la terraza, ampliando eficazmente el espacio. Una cálida luz de neón roja realza la atmósfera relajada, que recuerda a los viajes nocturnos por ciudades desconocidas y bulliciosas.

El espacio abierto del loft se enriquece aún más con la inclusión de una bañera esmaltada situada entre el salón y el dormitorio. El héroe de esta obra, The Globetrotter, es un conocedor indiscutible de la comodidad. Envuelto en una bata, emerge directamente del baño a través de las puertas de vidrio hacia el balcón, donde disfruta de una copa de su Boulevardier favorito.

Detalles del diseño interior

El diseño interior está concebido cuidadosamente para dar cabida a una variedad de actividades de los usuarios. Nuestro héroe disfruta del espléndido aislamiento que ofrece el loft, dedicando su tiempo a actividades intelectuales. La ausencia de particiones fijas en el diseño de planta abierta ofrece un amplio espacio para que los pensamientos fluyan libremente. 

Asimismo, periódicamente, el recluso introvertido se transforma en un anfitrión de reuniones. Las oportunidades para albergar eventos sociales en un formato de estilo club están arraigadas en el ADN del diseño espacial. El comedor, el espacio para conferencias, el bar y el salón se unen a la perfección como un todo orgánico. 

Los invitados se encuentran en el centro de la acción en cada una de estas áreas. Para conversaciones privadas o momentos solitarios, un piso elevado de galería proporciona un discreto punto de observación para supervisar silenciosamente toda la actividad en el piso de abajo.

El homenaje del proyecto

El espíritu de la leyenda de las carreras, Eliška Junková, impregna todo el diseño del loft. Rinde homenaje a la era pionera de las carreras de autos, una época que influyó profundamente en la atmósfera del loft. Las dos audaces décadas de entreguerras del siglo XX encarnaron una era de confianza inquebrantable, donde las personas miraban con entusiasmo un futuro lleno de promesas, profundizando en nuevas tecnologías y haciendo caso omiso de los límites convencionales. 

El modernismo, el futurismo y el funcionalismo convergen en la fascinación por las líneas limpias, la energía cinética del movimiento, las formas aerodinámicas y las esquinas redondeadas. La selección de materiales fundamentales (metal, hormigón, madera, piedra y vidrio) también rinde homenaje a la modernidad clásica.