La firma MXMA Architecture & Design, en el año 2021, completó una renovación de la obra que lleva por nombre ‘Casa del Príncipe Felipe’, una vivienda típica de la década de 1960 que ya había sido mejorada por una adición contemporánea. 

El principal desafío de este proyecto fue mezclar los lenguajes arquitectónicos de dos épocas diferentes para crear un conjunto coherente, elegante y bien integrado en su entorno.

Está ubicada en un sitio excepcional, un lote arbolado de casi 1.600 metros cuadrados. Esta casa en el distrito de Outremont está a solo minutos del centro de Montreal (Canadá). Los propietarios renovaron por primera vez en 2012 cuando su familia estaba creciendo. Casi una década después, a medida que los niños crecen, las necesidades de la familia continúan evolucionando.

Los padres querían un lugar tranquilo y privado propio, mientras les brindaban a sus tres hijos sus espacios exclusivos. El proyecto encomendado a MXMA consistió en agregar un segundo piso parcial a la residencia para crear una nueva zona para los padres y redefinir el papel de las habitaciones existentes.

Sobre el rediseño de la casa en 2012

Debido a su espacio volumétrico y materiales, esta primera adición expresó un lenguaje arquitectónico contemporáneo muy distinto al de la casa original. 

En ese momento, los arquitectos crearon una adición de dos pisos en la parte trasera de la casa para acomodar una gran sala de estar, una terraza y un gimnasio. Esta nueva zona ahora tiene una ventana generosa que ofrece vistas al patio, donde se ha instalado una piscina.

La renovación de la zona derecha de la casa y la adición de otra planta

Para la segunda ronda de renovaciones, los arquitectos de MXMA utilizaron la zona derecha de la casa al agregar un piso de 93 metros cuadrados. 

“Queríamos que esta segunda ampliación respetara la horizontalidad de la casa y su carácter moderno, sin dejar de ser lo más discreto posible desde la perspectiva del nivel de la calle”, explica el arquitecto Maxime Moreau.

Para combinar la nueva extensión con la casa existente, MXMA se inspiró en el concepto de una cinta en espiral. Esta, desarrollada originalmente en 2012. Lo que permitió continuidad y una integración reflexiva con la casa.

Ganar volumen con una elegancia tenue 

La fachada del nuevo volumen se retranquea para respetar las proporciones del voladizo de la cubierta de la casa original. Así como para evitar ser demasiado imponente. Gracias a un poco de gimnasia estructural, esta adición se empotró y se mezcló con el techo original. 

Desde el exterior, lo que parece ser una elevación de medio piso es en realidad un volumen de 3 metros. A pesar de este aumento, ninguna sombra indeseable invade a los vecinos inmediatos, asegurando una integración natural y respetuosa en el entorno circundante.

Para lograr esta integración, los arquitectos de MXMA se inspiraron en los materiales y el diseño formal de la casa original. Por ejemplo, la nueva ventana refleja la forma que tenía inicialmente en la casa.

Abierto a la naturaleza

La fachada posterior, más contemporánea, gana en volumen, al tiempo que incorpora la idea de la cinta desarrollada durante las primeras reformas. Al igual que su contraparte en la zona izquierda, tiene grandes ventanales al nivel del dosel. 

En la parte de arriba, desde la habitación principal, el paisaje urbano es invisible. Lo que da a los propietarios la impresión de vivir en una “casa del árbol”, lejos del ajetreo y el bullicio de la ciudad.

El primer piso de la nueva zona alberga dormitorios para los tres hijos adolescentes de la pareja. Disfrutan de más espacio que antes y cuentan con dos baños, uno para las dos niñas y otro para el niño. Una gran puerta corrediza proporciona acceso privado a «sus apartamentos».

La luz como principio rector de la casa

La expansión también fue una oportunidad para reevaluar la circulación vertical en la casa. La escalera original, que unía la parte central de la casa, el nivel del jardín y la zona de los dormitorios, era oscura y estrecha.

La nueva escalera ahora se despliega como una cinta continua de acero en un espacio más luminoso gracias a un mayor enfoque en la luz que impregna las aberturas del primer piso. También destaca por su estructura abierta y su forma ligeramente asimétrica.

“Reformar es una manera de hacer el hogar tuyo para que se asemeje a ti y a tus intereses”, dice el propietario, un entusiasta de la arquitectura. “El resultado todavía se siente como una luna de miel prolongada. Subir las escaleras hasta mi habitación es como entrar en un santuario. Es un momento solo mío», continúa afirmando.

Reconocimientos de la obra

La ‘Casa Príncipe Felipe’ recibió tres nominaciones en la edición número 15 de los Premios GRANDS PRIX DU DESIGN, incluidas dos certificaciones de Oro en las categorías de Casa Privada y Premios Especiales – Arquitectura + Escaleras y una certificación de Plata en la categoría de Edificio Residencial – Casa de Prestigio.