El estudio Cruz De la Pava, dirigido por el diseñador ibaguereño Camilo Cruz y el arquitecto caleño Felipe de la Pava, se caracteriza por la naturaleza disruptiva de sus propuestas: romper paradigmas y crear diseños fuera de lo convencional. Sus obras abarcan todo lo inherente al espacio –arquitectura, interiorismo y mobiliario–, desde una mirada que aborda la funcionalidad con una refinada estética sensorial y masculina, que se ha convertido en su signo de identidad.

La firma fue contactada por la constructora PGA para desarrollar la arquitectura interior y el interiorismo de las zonas comunes del edificio de apartamentos Unique W, en Cali, Valle del Cauca, diseñado por el arquitecto Andrés Gómez, también de PGA.

El resultado fluido y coherente del proyecto se debe, entre otros aspectos, a que Cruz De la Pava, después de que su propuesta de interiorismo fuera aprobada por la constructora, acompañó a la misma en la selección de materiales para los acabados, los planos de iluminación y la creación de texturas en puntos específicos. 

El propósito de la obra

“A partir de la configuración espacial planteada por el arquitecto Gómez, potencializamos los espacios para generar bienestar con una estética de alta gama. Nos gusta que los objetos sean únicos, escultóricos y diferentes”, agregan Camilo y Felipe. Por ello, la gran mayoría del mobiliario, luminarias, espejos, carpintería arquitectónica y accesorios fueron diseñados y producidos por Cruz De la Pava. 

Al momento de la conceptualización del proyecto, el estudio propuso el estilo japonés wabi-sabi –que se basa en la belleza de lo imperfecto, con materiales crudos, naturales, y sin decoración superflua–, para lograr armonía, equilibrio y una sensación de sosiego. Todo esto traducido a su lenguaje propio, poseedor de “una estética arriesgada en la que usamos el dorado, el vidrio, los espejos, las rayas… para terminar enfocando el wabi-sabi hacia algo más sofisticado”. 

Esto se percibe en cada una de las áreas comunes distribuidas en una especie de semicírculo en la primera planta del edificio y sus circulaciones. “Nuestro objetivo era que cada espacio fuera una caja de sorpresas”, enfatiza Camilo Cruz. 

Detalles especiales del edificio

Los ambientes intervenidos: lobby, gimnasio, bike box, sala de cine, salón social/bar, coworking, terraza y un sorprendente espacio descubierto –del que pende un árbol seco transformado en escultura– expresan muy bien la estética y la obsesión por los detalles que caracteriza a esta dupla. 

La madera –en este caso flor morado– se aclara y se oscurece, se coloca en listones verticales y horizontales como recubrimiento de paredes y puertas para que destaquen o desaparezcan según los aires del diseño; este mismo terminado alistonado se replica en algunos muros para crear ritmo, armonía, contraste y texturas. 

La luz es otra de las constantes del diseño. Cruz De la Pava apuesta por mezclar luminarias que enfatizan y generan atmósferas, pero que, también, contribuyen a la estética con su materialidad y sus formas. Así, en el gimnasio se descuelgan cilindros, en la recepción esferas y en el coworking lograron crear una combinación sorprendente de estilos. 

Junto con la luz, los espejos se encuentran en todo el proyecto: ahumados, palo de rosa, bronce y formas geométricas diversas como elementos decorativos, usados, además, como estrategia para darles profundidad a los espacios o traer el exterior al interior. Espejo sobre espejo, en complicidad con la iluminación, crean atmósferas sorprendentes, refinadas y casi surrealistas.

El diseño interior de los espacios

Reconocidos por el diseño de su mobiliario –que ellos mismos fabrican–, en el salón llamado La Tertulia destaca una imponente mesa de billar que combina con materiales como cemento, bronce, madera y el área del bar. Este último es una pieza única: contra la pared de cemento estriado gris se alza un arco con tímpano en alabastro, flanqueado por superficies de espejo que replican el fondo y la lámpara al frente. La madera del mobiliario y las tapas de mármol travertino gris completan el look de este lugar que juega con lo surrealista. 

Por el contrario, en el lobby apuestan por la limpieza absoluta, donde resalta el macizo mueble de piedra ortogonal. Ya más al interior, otro espacio que refuerza la estética de Cruz De la Pava, “de estilo tropical y glamuroso, tropiglam” –como lo define Camilo Cruz–, es el cine que tiene algo de Old Hollywood.

La altura de casi cinco metros los llevó a escalonar la sala que, junto con el espejo palo de rosa de fondo, refleja el área. Los paneles laterales tapizados con palmeras, destacados por luz led, enmarcan las hileras de sofás iluminadas desde el piso.

Por último, el generoso espacio de coworking, presidido por una gran mesa de madera y conectado al exterior por la terraza, que revela la ciudad de Cali y su vegetación a lo lejos, basa su interiorismo en colores naturales, apoyados por la madera del mobiliario y las fibras vegetales en algunas bancas y en los tapetes.

Los sofás y sillas en gris se encuentran igualmente en la terraza. Cuenta también con una sala privada donde, de nuevo, los acabados en las paredes y la puerta de vidrio, junto con las lámparas artesanales, componen un sobrio contraste.

“Creemos que hay un despertar en el tema de la vivienda: los desarrolladores se han dado cuenta de la importancia de crear espacios comunes bien pensados, estéticos y con personalidad, pues ello agrega valor al proyecto. Y la gente lo está pidiendo”, finalizan Felipe y Camilo. 

Cinco puntos a destacar

1. Para el concepto estético de este proyecto tomaron como punto de partida el estilo japonés wabi-sabi. 

2. Las áreas comunes de este edificio debían ser una “caja de sorpresas”. 

3. En un espacio descubierto, los arquitectos transformaron un árbol seco en una escultura. 

4. La madera, tanto clara como oscura, la manejan en listones para recubrir paredes y puertas.

5. Las luminarias son utilizadas en este proyecto para enfatizar y generar diversas atmósferas.