A primera vista el bambú podría considerarse débil para un objeto de exigencia alta como este, pero resulta todo lo contrario. Según la firma Bamboocycles, creada hace cinco años por el diseñador industrial mexicano Diego Cárdenas –y ahora disponible en Colombia – “en compresión resiste el doble que el acero. Además, es mucho más ligero (…) ni el bambú ni la fibra de carbono –segundo elemento utilizado en los marcos– sufren fatiga, a pesar de los golpes y caídas no se dañan paulatinamente”. Esto fue certificado con la prueba de resistencia Microbac Fatigue Test, donde recibieron la aprobación de la prueba de fatiga estándar para la industria ciclista de EE. UU.
Street, Cruise y Racer son los tres tipos de marcos disponibles. El primero es sencillo y ligero, según sus creadores “perfecto para un uso casual en la ciudad”; en el segundo, su geometría brinda una posición de manejo más erguida, haciendo los recorridos más cómodos, además, sus uniones de fibra de carbono vienen en diferentes colores; y el último es para una bicicleta ágil, veloz y dinámica.
Según sus representantes en Colombia, la arquitecta María Beatriz Díaz y el arquitecto y diseñador industrial Felipe Rodríguez, “los tres marcos –que vienen en distintos tamaños– pueden personalizarse por medio de su configuración –frenos, cambios, tenedor, sillín, etc.–”. Este grupo de elementos se escoge partiendo del uso y del presupuesto de la persona. El rango de precios de una bicicleta oscila entre el millón ochocientos y los cuatro millones de pesos.
Aunque tienen cinco años de garantía, los usuarios deben seguir unas pautas para consolidar el buen rendimiento del bambú: “Una vez al mes lo deben hidratar con aceite para madera. Además, quitarle el lodo y el polvo con frecuencia; las partes mecánicas deben estar limpias y engrasadas”.
El resultado final es una bicicleta ligera –la más liviana pesa 8 kilos totalmente armada–, resistente gracias al bambú e impactante a la vista por su diseño bien concebido.
