Arquitectura

La arquitectura de esta bodega une a las personas con la naturaleza

Vía V2com / 
agosto 14 - 2024
La arquitectura de esta bodega une a las personas con la naturaleza
Ubicado en Quzika, condado de Markam, la arquitectura de la bodega se combina con el paisaje original para proporcionar un espacio público respaldado por la montaña para las actividades diarias de los residentes del pueblo local.

La arquitectura de este proyecto, por la firma PL-T ARCHITECTURE STUDIO, fue creada con el propósito de aliviar la pobreza mediante el desarrollo de industrias locales. La bodega está ubicada al pie de la montaña nevada Dameiyong, cerca del río Lancang, de campos de sal milenarios y de la única iglesia católica del Tíbet.

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El entorno natural del lugar es perfecto: las terrazas montañosas que se extienden hasta el río Lancang están salpicadas de nogales y vides centenarias. En el interior del lugar, los arroyos de montaña fluyen junto a los restos de un antiguo molino de agua.

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En las montañas tibetanas, se puede aprender sobre la naturaleza de los tibetanos; expresar el respeto y la reverencia por las montañas escondiéndote. Con esto en mente, se cree que la naturaleza misma es la diseñadora, construyendo adecuadamente una escena natural única que está altamente integrada con el sitio, dando como resultado un espacio animado con carácter que solo puede crecer aquí y ahora.

El diseño de la bodega

Escondida al pie de la Montaña Nevada, la bodega con un flujo de proceso intensivo, eficiente y de arriba hacia abajo, aprovecha la diferencia de altura del sitio, logrando el equilibrio del movimiento de tierras del proyecto. 

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De este modo, la montaña se transforma en el espacio de proceso de la bodega, que está incrustado en terrazas para adaptarse a las formas del terreno naturales, al mismo tiempo que evita los árboles viejos. 

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El techo del espacio de proceso está diseñado como un paisaje acuático, formando un campo de sal. Los arroyos de agua de manantial natural de las montañas cubiertas de nieve pasan a través de los techos y finalmente se unen al río Lancang en el fondo del valle. La cantidad diferente de agua de deshielo de las montañas en diferentes estaciones forma los períodos de aguas altas y bajas, lo que le otorga al edificio dos tipos de paisajes.

Los espacios de la obra

El espacio público de la bodega consta de un museo, restaurante, bar de libros y centro de recepción, formado por tres «rocas» esparcidas en el «campo de sal», decoradas con nogales y que trabajan junto con las rocas de la montaña para reconstruir el paisaje natural.

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El material de la pared exterior se obtiene localmente de piedras existentes y se convierte en una continuación y extensión del muro de piedra original en el sitio. El muro de piedra exterior mejora significativamente el rendimiento del aislamiento térmico del espacio de elaboración de cerveza y hace que la construcción del muro sea económica y razonable.

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Finalmente, el diseño general crea una escena poética: el «campo de sal» se extiende hacia abajo en el río Lancang, y un viejo árbol se encuentra entre las rocas de la orilla del río. 

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Como los tibetanos a menudo pastorean ganado aquí, la bodega se convierte en un espacio de actividad diaria para los aldeanos. Al igual que antes de la construcción artificial, este lugar seguirá teniendo importancia en la auténtica vida cotidiana de los tibetanos locales.

Los campos de sal de mil años de antigüedad

Las ricas capas de luz y sombras de los campos de sal milenarios proporcionan al arquitecto una forma de presentar el espacio y la inspiración: el espacio arquitectónico está incrustado en la terraza natural a lo largo del valle del río, presentando capas de techos. 

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Bajo el efecto de la luz del sol, a medida que las vistas de la gente sobre la carretera de montaña continúan moviéndose, la superficie del agua del techo forma una escena de luz y sombras cambiantes, y transformación de luz y oscuridad. Esta es una visibilidad irremplazable que los elementos naturales le dan al edificio.

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Con la montaña a sus espaldas y el río al frente, adaptándose al terreno y extendiéndose hacia abajo, Quzica Winery se convierte en un vínculo entre la montaña y el río.

Simbiosis natural

Durante mil años, el pueblo tibetano, que siempre ha reverenciado las montañas y los ríos, construyó el campo de sal práctico de Quzika para las necesidades de la vida con su sabiduría nativa; cada parte de él es pragmática, pero el resultado es otro mundo que está más allá de la realidad y lleno de fantasía. 

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Mil años después, también deberíamos ser como los tibetanos cuando construimos aquí artificialmente: simples, pragmáticos y reverenciando las montañas y los ríos, construyendo un pequeño mundo de simbiosis natural a la manera local.

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Los arquitectos entraron en el Tíbet 20 veces en dos años. Al comienzo del proceso de diseño, los arquitectos pasaron tiempo en primera línea para prestar mucha atención a la vida real; examinaron y compararon las diferentes características del paisaje, los fenómenos culturales, la vida de los tibetanos y los métodos de construcción en el camino hacia el sitio del proyecto a lo largo de la ruta Sichuan-Tíbet, así como la ruta Yunnan-Tíbet.

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Al final, el concepto de diseño y el método de creación de la Bodega Quzika se convirtieron en un resumen y una presentación del concepto de «simbiosis natural» de los arquitectos a través de las interacciones diarias y la comunicación con los tibetanos locales. Junto con los campos de sal milenarios, se ha convertido en una pequeña parte de la naturaleza a lo largo del valle del río Lancang.

Romper la frontera, resolver el conflicto y convertirse en un «medio»

Los arquitectos rompen la frontera entre la bodega y la vida cotidiana de los habitantes del pueblo, y de una manera respetuosa, abierta y tolerante, construyen apropiadamente un escenario natural que está altamente integrado con el sitio. 

Sin embargo, es único; al mismo tiempo, se combina con el paisaje original para proporcionar un espacio público respaldado por la montaña y frente al río para las actividades diarias de los residentes del pueblo local, resolviendo así el conflicto entre las estructuras hechas por el hombre y el entorno natural, y entre el suelo industrial y el suelo cívico. La «bodega» se transforma en un «medio» que refleja la equidad mutua.

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A través del valor del proyecto, los arquitectos esperan crear nuevas oportunidades para los jóvenes y ancianos que viven en el terreno, aliviando así la carga de las familias locales necesitadas. Paralelamente al tiempo, el edificio crece y se transforma constantemente.

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